Feral / - Hipo X Male Reader - (Gardenverse)

1.1 Esto es Berk

Vamos que, con problemas de plagas ASÍ, cualquiera en siete generaciones pensaría en marcharse en cuanto pudiera.
Pero nosotros no, porque somos vikingos.
Al parecer eso viene con una gran terquedad en la sangre... Y con una conducta tan refinada y encantadora que me sorprende que los padres sigan pensando que todavía necesitan ponerle nombres horribles a sus hijos para que los gnomos y trolls no se les acerquen.

- ¡Ahhhg...! Ah, Hipo. ¡Buenos días!

Y como conveniente muestra de lo que hablo, justamente fui derribado por un tipo que iba persiguiendo a un Nadder Mortífero.
El tipo me rugió en la cara antes de darme amablemente los "buenos días" y continuar con su cacería.
Por lo menos caí en una zona donde aún había pasto que no estuviera en llamas.

Me apresuré a ponerme en pie y a moverme hacia la parte superior de la aldea por medio de una gran rampa de madera con diferentes niveles.
Habiendo tantas zonas de terreno plano en la isla, ¿Teníamos que irnos a vivir en una parte tan empinada?

- ¿Qué haces aquí afuera?

- ¡Vuelve a tu casa!

- ¡Quédate adentro!

Creo que no debí haber sido tan duro con el tipo que me chocó hace un momento, él por lo menos me saludó.
Mientras subía hasta el siguiente nivel de casas, toda la gente con la que me cruzaba me recibía con diferentes comentarios que iban hacia la misma idea: no me querían tener aquí afuera en medio de una crisis por dragones.
Cualquiera diría que es porque se preocupaban por mí seguridad al ser un chico joven con la vida por delante... Y entonces sería obvio que esa gente no ha vivido en mi aldea el tiempo suficiente.

- ¡Hipo!

- ¡Augh!

Si había logrado sobrevivir a todos los vikingos y dragones que se me atravesaron hasta ahora, mi propio padre casi me mata al detenerme bruscamente por el cuello de la camisa cuando pasé a su lado sin darme cuenta.
Viendo el lado amable, me salvó de quedar atrapado en las llamas chispeantes de un nadder que justamente pasó por donde yo había estado a punto de pasar hace unos instantes.

- ¿Qué estás...? ¡¿Qué está haciendo otra vez afuera ?! ¿Qué haces afuera?

Era bastante humillante la facilidad con la que mi papá me mantuvo en el aire con su mano, sacudiendome como un trapo mientras preguntaba a los vikingos a su alrededor qué estaba haciendo yo afuera, para después girarme de frente a él y preguntarmelo directamente.
Es un gusto saludarte también, papá.

- Es que... Yo...

- Olvidalo, ¡Ve a cubrirte!

Y así como así, papá me soltó mientras me arrojaba hacia un lado... Para poder cargar una carreta volcada y arrojarla contra el mismo nadder del que me había salvado hace nada, con la misma facilidad que si se tratara de un saco de dormir.
Lo hizo como si fuera nada, y honestamente no me sorprende.
Después de todo, es mi padre.

Estoico el Vasto, jefe de la tribu.
Dicen que cuando era tan solo un bebé, le arrancó la cabeza a un dragón.
Sí me lo creo la verdad, basta con ver el hombre valiente, fuerte y respetado en el que se ha convertido actualmente.
Lo único que no me creo sobre él, es que yo sea su hijo.

Yo parezco un hueso de pescado parlanchín, mientras que él es un hombre grande, de músculos y espalda ancha, con una gran melena pelirroja oscura, una gran barba trenzada y un bigote abundante y varonil... Con flores pequeñas y rojas, que tienen sus tallos mezclados con sus cabellos y vellos faciales, las flores parecen "nidos" de varios pétalos delgados curveados hacia adentro, con largas y delgadas extensiones rojas también bajo esos mismos pétalos.
Mi padre es un Floricultor, aunque no es para nada la imagen gentil y tranquila que normalmente se tiene de ellos, quizás el que sea un Ruin tiene algo que ver con eso. En Berk, le tenemos mucho aprecio a los Floricultores... Precisamente porque son muy poco comunes, al menos en nuestra aldea.
Mi madre solía ser una floricultora también, pero ella murió cuando yo era pequeño. No es tan común que dos Floricultores se junten, menos si son tan pocos como en mi aldea... Pero mis padres lo hicieron, y toda la aldea los quería y respetaba a ambos.