Nuevo Camino De Redención [Capítulo 1]

42 3 1
                                    

— Que... Calor ¿Otra vez se averió el ventilador? Espera... Si estamos a mitad del invierno...

Abrí mis ojos espontáneamente, observando lo más cercano a mí, que resultaba ser una especie de enorme y deforme cactus morado, el cual no parecía tener espinas.
Yacía boca arriba sobre arena, bajo un par de árboles secos que me brindaban protección del ardiente sol. Proseguí a sentarme y rascar levemente mi aturdida cabeza, golpeando con el codo una bara apoyada en uno de los árboles y caer sin remedio, viéndola detenidamente, resultando en que era una lanza y por lo que analicé, muy afilada.

— E-En realidad estoy aquí, todo fue real, incluso mi muerte... A todo esto ¿Dónde se supone que estoy?

— En el desierto de Marltbac.

— Pero que... —Giré mi cabeza velozmente para ambos lados, buscando al dueño de aquella voz femenina, de tono joven, aunque sin emoción alguna. — ¿Hoola? ¿Quién dijo eso?

— Estoy aquí abajo.

Bajé la mirada a donde se supone que señaló verbalmente, encontrándome con una pelota, literalmente era eso, estaba ente mis piernas, inmóvil.
La levanté con una mano por la parte superior, acompañada de mi ceja en señal de confusión, y repentinamente se abrió, dejando a la vista unas patas. Tan rápido como la sostuve, la dejé en la arena, cosa que se empezó a separar, extendiendo cuatro extremidades cortas, un círculo rojo resaltó, dándome la idea de que era como su ojo y por último una cola, que me hacía recordar a esas viejas radios.

— ¿Y tú quién eres? —Le pregunté, a lo cual esta se subió a mi pierna.

— Soy el obsequio que se te fue proporcionado por mi creadora, mi misión es brindarte apoyo hasta que puedas valerte por ti mismo, pero por ahora, yo seré la encargada de cuidarte. —Explicó estoica, bueno, quién soy yo para asignarle un género, pero como no tengo idea de la forma exacta para dirigirme, por ahora será a los que usaría con una mujer.

— Ya veo, es de agradecer, no tengo ni la más mínima idea de este mundo y que tan alejado está de las similitudes con el mío —Sonreí ingenuo. — ¿Podrías hablarme un poco de esta realidad?

— En estos momentos, te encuentras en el año 1283, los avances del mundo son casi nulos, la mayoría de formas de vida repartidas por todo el globo aún conservan su comportamiento violento y hostil, además de mantenerse en un retraso tecnológico casi perpetuo. Los únicos adelantados, económica, bélica y socialmente, es la raza humana.

— Así que es un tiempo medieval... Además, por lo que entendí, aparte de los humanos, hay demás razas ¿Como seres de fantasía y todo eso?

— Naturalmente. Hay desde Orkos, duendes, vampiros, tanto como demi-humanos, semi-humanos, elfos y un largo etc.
Por si deseas saber, en tu posición geológica actual, es probable que no te llegues a encontrar con nada ni nadie, el único gran asentamiento humano yace a un aproximado de 500 kilómetros al sur.

— Toda información es vital, ahora que estoy en un ambiente desconocido, estar lo mayormente informado puede hacer la diferencia

— Vaya, eres alguien con sentido común, creo que mi creadora te subestimó un poco.

Esta pelotita ya comenzaba a caerme bien, que bueno que no posea el mismo temperamento de esa diosa, o tal vez estaba siendo sarcástica conmigo.

— Ahora que aclaramos el tema ¿Tengo alguna residencia o lugar dónde quedarme? Estar extremadamente y específicamente tirado en este páramo no es muy cotidiano que digamos, también quería saber porqué terminé aquí en primer lugar

La pelota rotó sobre si misma, apuntando con su pata al noroeste, o eso creía teniendo en cuenta la posición actual del sol, que lentamente descendía, indicándome la llegada de la noche.

InterventionWhere stories live. Discover now