❝Si ignoras al dragón, te comerá. Si intentas enfrentarte a él te dominará... ❞
『Aemond Targaryen x Fem!oc x Cregan Stark』
『Prohibida la copia o adaptación de la historia』
『House of the dragon Fanfiction』
『En curso』
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— ¿Cuánto tiempo más planea seguir viva?
— Su sola existencia es una desgracia.
Aún si no se relacionaba con la mencionada, Rhaenys estaba furiosa.
¿Cómo se atrevían a hablar de aquella forma de la segunda princesa? Aún si no tenía el respaldo del rey, la infante seguía formando parte de la línea de sucesión.
Observó con curiosidad a la niña frente a ella, sentada en el suelo, con las piernas cruzadas. Sostenía un enorme libro que leía absorta. Era un libro especialmente grande para una niña de su edad. Se fijó un poco más en ella. Debía de rondar cerca de los cinco años. Sus cabellos largos y de color rubio platinado, característico de la sangre valyria, caían como una cascada, impidiéndole ver el resto de sus facciones.
La niña estaba tan imbuida en la lectura que no parecía percatarse de su presencia a tan solo un paso de distancia. Se inclinó ligeramente, intentando ver el libro que devoraba.
"Registro de las casas de Poniente"
— ¡Vaya!- se sorprendió al identificar el libro, y la exclamación escapó de sus labios.
La más joven levantó la mirada permitiéndole observar sus hermosos ojos púrpuras que la observó con mirada indescifrable.
— Es algo que toda princesa debe conocer, pero, ¿no es mucho para ti?
El gesto obstinado del rostro infantil le arrancó una sonrisa.
— Eso dice el maestre, pero yo no lo creo. Los libros que se suponen de mi edad ya los terminé de leer, trece lunas atrás. Necesito más.
Rhaenys suspiró.
— Conozco esa sensación -dijo parándose junto a ella-, cuando tenía tu edad yo me sentía igual.
— ¿En serio?
La sonrisa que le brindó la niña iluminó su pequeño y precioso rostro por completo.
— En serio. De niña, solía escaparme para leer y hacer cosas que no estaban permitidas para mí edad... Por cierto, soy Rhaenys, ¿cuál es tu nombre?
— Aerea- se presentó con voz monótona.
— Me honra conocerla, princesa, ahora sí no le molesta, cuénteme, ¿qué hace aquí sola? ¿No debería estar en vuestro aposento o con el maestre?
La sonrisa en el rostro de Aerea se borró al instante en el que escuchó las interrogaciones de la mayor.
— La reina rompió aguas...- su rostro se ensombreció- ella ha gritado que no me quiere cerca. Ellos creen que si estoy cerca, su hijo morirá... Igual que mi hermano.
Al momento de escuchar aquellas palabras, la mujer lo supo de inmediato, debajo de aquella fachada, había una niña rota y sin poder impedirlo sintió una profunda pena por ella.
