Domingo soleado que quieres que sea lluvioso

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Si tuviera que decirlo, si, odiaba el estúpido domingo de hoy.

Tan brillante, tan cálido, tan perfecto para salir a pasar tiempo en pareja o familia, o incluso solo, únicamente para sentirse bien consigo mismo. Era como si se burlara de ella con toda la alegría que traia.

El día de ayer había sido el peor de su vida hasta ahora. Debió haber trabajado pero de último minuto hizo un cambio de turno con un compañero, lo que efectivamente le había adelantado el día libre.

Decidió sacarle provecho de la mejor manera y visitó el apartamento de su novio buscando sorprenderlo, después de todo, ya tenía copia de la llave. No habría habido ningún problema, si no lo hubiera encontrado acostado con otra chica en el sofá.

Ambos seguían vestidos, pero parecían peligrosamente cerca de no estarlo.

De ese apartamento salieron dos chicas heridas y muy molestas, y un idiota que tal vez había perdido su oportunidad de tener familia.

Dificultosamente se levantó de la cama. Su cabello era un desastre, el maquillaje corrido aún estaba presente en su cara y la una ropa que evitaba la desnudez completa eran unas bragas.

Se acercó a la puerta de cristal del balcón , cegada por los intensos rayos del sol y la abrió. Dirigió la mirada hacia arriba con molestia y le sacó el dedo medio al sol, esperando que desapareciera para tener una excusa para volver a acostarse. O incluso que cayera una tormenta tropical, al menos así podría faltar al trabajo sin repercusiones.

El cielo despejado mató todas esas esperanzas, aunque tal vez era para mejor, la playa enfrente de su edificio estaba más llena que tren en hora pico.

Mirando desde el borde del balcón, todo el camino de los doce pisos hasta el suelo, las personas se veían como pequeños puntos en movimiento.

Pensó en escupir y esperar que le cayera a alguien, pero abandono la idea en cuanto la tacho de infantil.

No entendía como esas personas podían verse así de felices. ¿Es que acaso no tenían preocupaciones? ¿Tan bien les iba en la vida? ¿Alguna vez se habían sentido miserables?

Sabia que las respuestas. Si, las tenían. No, todos tenían problemas. Si, nadie es siempre feliz.

¿Entonces porque se sentía como si jamás podría volver a ser como ellos? ¿Cómo si toda la alegría en la vida hubiera muerto?

Aún observando hacia abajo se encontró con una familia. Padre, madre y una niña pequeña que jugaba con un pequeño doberman muy hiperactivo.

Sentía una ligera envidia hacia esa pequeña familia que se veía perfecta, hasta que el perro en una de sus tantas vueltas descontroladas choco contra un poste de lámpara.

Ver eso le sacó una pequeña risa que la hizo sentir mejor a pesar de todo.

Tal vez, solo tenía que saber dónde buscar las alegrías de la vida.

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⏰ Last updated: Oct 08, 2022 ⏰

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Escritubre - 2022Where stories live. Discover now