un tema algo delicado

Depuis le début
                                    

...

Hongjoong abrazaba y consolaba a un Jeongin que lloraba sin parar.

- ¡Le importa más su reputación que yo! - Gritó. Doyoung, quién también estaba allí, suspiró.

- Esta historia me suena de algo. - Comentó el productor pelirrojo, recordando a aquel australiano molesto.

- Entonces... ¿qué hiciste luego de enterarte? No me llamaste. - Preguntó Doyoung.

- Bueno... me fui con su coche y lo aparqué en el garaje de Hongjoong.

- ¿¡Qué hiciste qué!? - Gritó el productor, apartándose del cantante.

Y es que el estudio donde grababa Jeongin sus canciones era parte de la casa de su productor, el cuál ahora mismo se sentía increíblemente enfadado con la situación.

- ¡Has metido su coche en mi casa! -

- ¡No sabía a donde ir! -

- Reza para que no te denuncie. Mierda, le has robado. -

Un hombre sin camiseta abrió la puerta del estudio, haciendo mirar a los tres chicos. El cantante y su mánager se sonrojaron un poquito al ver el cuerpo del tipo.

- Buenos días Hongjoongie. - Su mirada se dirigió a los otros dos. - ¿Quiénes son estos? -

- Es una larga historia, Mingi. Vuelve a la cama, por favor. -

- Hm. -

El hombre se fue cerrando la puerta detrás de él y la mirada de Jeongin se dirigió a Hongjoong.

- ¿Tienes novio y no me habías dicho nada? -

- No es mi novio, sólo- ¡oye, no me distraigas del tema principal! -

Siguieron discutiendo hasta que Doyoung escuchó el móvil del cantante sonar. Lo tomó y al ver el nombre del contacto, su cara se volvió pálida.

- Hyunjin está llamando. -

- ¡No contestes! - Gritaron los otros dos.

- ¿Sí? - Demasiado tarde: Doyoung ya había aceptado la llamada.

Al otro lado de la línea, un cansado Hyunjin estaba sentado al lado de su hermana en el coche de esta, quién lo llevaba hasta su casa.

- ¿Jeongin está contigo? Necesito- no, quiero hablar con él. -

- ¿Y qué pasa si él no quiere hablar contigo, eh? - Doyoung puso un tono de voz más duro.

- ¡Dodo! - Dijo Jeongin. Hyunjin pudo escucharlo.

- Sé que está ahí contigo. Pásamelo, sólo necesito recuperar mi coche. -

Doyoung suspiró molesto y le dejó el teléfono a Jeongin, quién intentaba negarse a tomarlo. Finalmente lo hizo por culpa de la mirada asesina de Hongjoong.

- ...¿Sí? -

- Jeongin, ¿dónde estás? Necesito mi coche y... necesito verte. -

- ¿Por qué querrías verme si querías alejarte de mí por tu estúpida reputación, eh? - Las lágrimas amenazaban con salir de nuevo.

- Tengo que explicarte todo. Tú... sólo mándame tu ubicación, por favor. -

Y a pesar de que Jeongin se lo pensó, finalmente le mandó la ubicación al pelinegro.

...

Luego de hora y media, el timbre de la casa de Hongjoong se escuchó. Era la hora de la verdad.

- Tú tranquilo, Innie. Si necesitas que le pegue, lo haré. - Dijo Doyoung.

- No... prefiero que nos dejéis a solas. -

El productor y el mánager se miraron extrañados, pero aún así subieron hasta la primera planta del lugar para meterse en el estudio y esperar. Jeongin tomó aire y lo soltó, intentando relajarse antes de abrir.

- Hola. - Fue lo único que dijo Hyunjin, pero Jeongin ya sentía que iba a llorar de nuevo.

- Hola. Tu coche está en el garaje, vamos. -

El pelinegro siguió al pelirrosa hasta dicho garaje, sonriendo al ver como su coche seguía intacto.

- Gracias. -

- Toma las llaves. - Jeongin las tiró al suelo y fue a darse la vuelta para irse, pero la mano de Hyunjin lo impidió.

- Innie. - Nada. - Mírame, por favor. Necesito hablar contigo. -

Jeongin giró la cabeza y aquella mirada de cachorro abandonado se hizo presente. Mierda, ¿de verdad él había provocado eso?

- Lo siento por lo que leíste, yo... lo dije sin pensar. Entiende que todo esto de nosotros es... delicado. -

- ¿Te crees que no lo sé? Mi reputación nunca ha estado peor. -

Se acercaron el uno al otro y se miraron a los ojos. Hyunjin puso una mano en la cintura del cantante y con la otra colocó un mechón de este detrás de su oreja. Jeongin se dejó hacer.

- Dime, Jeongin. ¿Cuándo duermes, sueñas conmigo? -

- Todas las malditas noches desde que te conozco. Mierda, si hasta a veces cuando te miro a los ojos me gusta imaginar que eres mío. -

Y sus labios se juntaron, deseosos de volver a encontrarse.

.
.
.

Con gripe pero actualizando siempre a

REPUTATION ──── HYUNINOù les histoires vivent. Découvrez maintenant