Jon desvió su mirada al mismo tiempo que Daenerys. Sansa entraba por los escombros con las vestiduras sucias y grilletes en sus manos que eran guiados por un dothraki.

Al mismo tiempo que Jon sentía su pecho dividirse en dos, Daenerys lo miro de reojo sin más expresión que una leve sonrisa. Sansa soltó un sonido de dolor cayendo al piso, y fue cuando Daenerys vio el vientre de la pelirroja. Estaba en cinta y pronto, muy pronto daría a luz. Eso justificó el exabrupto de Jon cuando no pasó otro segundo y corrió hasta Daario en un intento de matarlo. 

Pero Daario seguía bajo ataque así que le hizo frente y solo recibió un corte largo en la pierna proveniente de garra, la espada de Jon. Antes que hiciera más, una docena de hombres lo rodeo apartandolo de Sansa y de Daenerys. Algo que no lo detuvo pues mató a cinco de ellos antes que uno finalmente lo derrumbara al piso y pudieran someterlo.

-¡Daenerys! ¡¡Daenerys!! -grito mientras luchaba contra los golpes para atarlo.

-No quiero oír nada más que mi voz -le ordenó a Daario. El mercenario se inclinó ante Jon para recibir un golpe en la cara de su parte y caer a un lado.

-No hagas esto Dany, por favor -alcanzó a terminar antes que Daario se recuperara e introdujera una tela sucia en su boca. 

Daenerys ni siquiera se inmuto, se dio la vuelta y subió el par de escalones que llegaban a la base del trono derretido. 

-Es lo que te pedí una vez, y no quisiste escucharme -dijo suavemente. Luego dio la vuelta y con una mirada hizo que arrastraran a la Stark hasta sus pies. Los ojos azules de Sansa brillaban con furia y no tenían ni una gota de debilidad, sus cejas estaban ceñudas sobre los ojos lilas de la Reina pero no se limitó a verla por mucho.

Daenerys respiraba con orgullo mientras admiraba la sala del trono, llena de sangre y súplicas, pero también de un largo estandarte con el emblema de su casa. Un Dragón de tres cabezas, y en el centro de todo; ella. De negro y rojo, con quienes más odiaba y el hombre que más amo..

en sus pies.

-Si miro atrás estoy perdida -sonrió.

-Los Targaryen han vuelto al Trono. Y pronto ya no existirán más Stark. Pues tú y tu hermano irán a hacerle compañía a su difícil hermana asesina.

Sansa escupió con dificultad haciendo que uno de los dothraki se acercara para sacar el trapo de su boca con brusquedad, pero la mujer aprovechó su desprecio y le quitó la oz de la mano para clavarla en su cuello y luego ponerse de pie aún con la debilidad y los grilletes intentó acercarse a Daenerys solo para caer al suelo con un sujeton de la peli plateada.

Tyrion, Jon y más de uno de los soldados se movieron frustrados tratando de soltarse y defenderla pero fue en vano. Pues en el suelo frente a Daenerys Sansa tomaba su vientre con dolor mientras sangre escurría de sus piernas. La Reina levantó la daga que Jon de inmediato reconoció sobre el rostro de Sansa pasando el filo por sus mejillas y luego su vientre.

-Deberías estar muerta..Eres..eres una plaga. Una tirana loca, la Reina de las Cenizas -le dijo sin temor ante las amenazas de Daenerys.

-Es en lo que me han convertido, tú, el Norte, y Jon. Gracias a eso, he vuelto -le dijo mientras apretaba el filo sobre su rostro haciéndole un corte pequeño.

-Ahh 

-¿Crees que matandome, quemándonos a todos ganarás? Pero ya has perdido, y nada de lo que hagas te devolverá lo que querías..El Trono ya no existe, y tú sigues muerta -le dijo entre quejidos dolorosos y los gemidos de ira provenientes de los hombres a unos metros que el resto de soldados trataba de controlar.

-Tienes razón -le dijo Daenerys con fiereza.

-Pero puedo quitarte a tu hijo -se levantó de su frente e hizo desatar a Sam ante el horror y confusión de Sansa.

-Átenla y llevenla a la sala más cercana. Quiero su vientre vacío antes de matarla..o no estoy segura. ¿Lord Mano debería abrirla y dejar el resto a Drogon, o hacer que su hijo vea cómo quemó viva a su madre? -dijo en dirección a Tyrion.

-Tus consejos son invaluables y los he necesitado todos estos años.

Pero su tono lejos de odio sonaba pasivo y tranquilo, provocando que el enano se pusiera de pie indicándole una súplica para hablar. Algo que no le concedió, y le ordenó a Daario cumplir su orden viendo a la pelirroja desaparecer.

-Daenerys ¿que hacemos con el resto? -le pregunto Hizard.

-Maten al chico, lleven a las personas a la ciudad pero no toquen a los niños. Cuando les de la orden deben iniciar con el aseguramiento de las calles, maten a todos quienes tengan el emblema de los Stark, Baratheon o aliados de los mismos. 

-También hay prisioneros afuera.

-Si no son de valor matenlos, ya daré suficiente misericordia conservando a algunos de ellos -dijo antes de ser interrumpida por los interminables gemidos golpes y sacudidas de Jon. Tenía la cabeza sangrante y el cuerpo adolorido de tanto repele a su intervención.

Hizard y Daenerys voltearon hacia su dirección.

-¿Es él? -dijo el hombre con ira contenida.

-Es uno de ellos. Pero ya me encargaré yo. Nadie debe tocarlos hasta que saquen a ese niño de su traidora hermana. Entonces..tendremos nuestra venganza. Morirán gritando. Lo prometo -terminó hacia él antes de darle un beso y salir de la Sala sin mirar atrás.













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