-que pasa?...no estás de humor?-

La mujer soltó una sonrisa que rápidamente fue suprimida al percatarse del fuerte olor a alcohol que emanaba del hombre.

-usted ah bebido demasiado -

La mujer intentó levantarse, pero no pudo moverse ni un centímetro, pues el agarre de su amo era firme.

-mi señor?-

En busca de la cara del conde, la mujer solo pudo ver su frente escondida en su hombro, con una sensación húmeda en su brazo, ella supo de que se trataba.

-disculpame...pero...podrías quedarte un poco más?-

La maid cuidadosamente retiró su brazo a fin de abrazar la cabeza del conde, acuñandolo en su pecho y acariciando su cabello con calma.

-el tiempo que quiera...-

Abrazando al conde, ligeros espasmos lo invadían mientras escondía su cara en el pecho de la mujer, acompañado por sollozos apenas perseptibles que inevitablemente hicieron a la mujer humedecer sus ojos también.

-no te preocupes...nuestro hijo regresará pronto...-

-...si...-

La mujer solo pudo escuchar ese “si" como si se tratase de una cruda realidad, pues ella no pudo contenerse más y las lágrimas también emanaron, acurrucandose igualmente junto a su esposo mientras ambos lloraban la perdida de su hijo, esperando que los otros dos niños restantes no sufrieran el mismo destino.

Mientras en las partes mejor protegidas de la autoproclamada nueva ciudad capital el desánimo era evidente, aún más al oeste las cosas eran incluso peor.

La ciudadela costera convertida en un punto de embarcaje para las tropas que marcharian al frente ahora se veía como una pequeña y mal hecha fortaleza.

Las banderas que proclamaban el nacimiento del nuevo reino ahora recordaban una derrota colosal y el posible final de su existencia como parte incluso del viejo reino santo.

Los soldados, desairados y con baja moral, trabajaban extenuantemente para asegurar su posición.

Los muelles habían sido desbalijados para construir parapetos, las calles secundarias se bloquearon con barricadas y murallas de troncos afilados.
Las costas menos profundas ahora estaban llenas de pinchos afilados que cuidaban evitar el acercamiento de botes y en general, durante los 4 días que habían pasado tras la retirada, la paranoia había invadido a los generales que aún seguían ilesos.

-Nuestras defensas se ven bien, pero no podremos contenerlos si tratan de cruzar por las afueras de la ciudad-

-podemos enviar una división de Rangers para resguardar los flancos mientras asentamos nuestra presencia en la retaguardia -

-no quiero dejar la retaguardia desprotegida...no mientras tengamos riesgo de ataques por parte de esos magos voladores-

-es cierto...cómo van nuestras contramedidas?-

-mal...perdimos a la mayoría de magos especializados durante la retirada y ahora nos conformamos con estudiantes y conscriptos que sacamos de algunas capillas -

-no es lo ideal-

-no, pero no podemos ser quisquillosos, hablé con su majestad y me dijo que intentaría contactar con algunos aventureros extranjeros para reforzar nuestro espacio aereo, aunque nuestra mejor opción sería Azuth Aindra-

Los generales se miraron con ojos bien abiertos, habi ndose olvidado de la existencia de este aventurero en medio de sus preocupaciones.

-ES CIERTO! el es de los pocos que se han enfrentado a los sirvientes del rey hechicero y vivido para contarlo; si pudiéramos reclutarlo...-

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⏰ Last updated: Feb 09, 2023 ⏰

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Overlord: La niña y el nigromanteWhere stories live. Discover now