I

1.3K 124 40
                                    

"Un omega no debería tener ese trabajo... es muy arriesgado"

Sí... Bueno, en realidad Yamaguchi Tadashi en sus 21 años de vida, nunca hizo caso a ese comentario tan de antaño, no entendía cual era el riesgo siendo omega de hacer lo que más amaba y le apasionaba.

Por eso mismo, estaba justo en ese momento fuera de una de las canchas de voleibol más grandes en el país, en ese lugar se jugaban o entrenaba solo para partidos internaciones y por supuesto con el mejor equipo, del cual, el capitán, era un hombre alfa muy arisco, Tsukishima Kei.

Ese hombre tan antipático era el objetivo clave del omega, pues como reportero en el área de deportes, era un sueño tener una declaración del jugador.

Tadashi se estaba preparando mentalmente, pues los comentarios de sus compañeros cuando intentaron acercarse eran devastadores para muchos, sobre todo cuando venían de un omega, ellos decían que ni bien se acercaban el jugador se cubría el rostro con una mascarilla, ignorándolos completamente.

Talvez, esa última parte sí asustaba un poco a Yamaguchi, pero ya estaba ahí, debía darlo todo y demostrarle a sus colegas que sí se podía.

—¡Deja de interrumpir! ¿No ves que estoy tratando de concentrarme?— Aquella voz provenía desde dentro del estadio donde estaban los jugadores.

Cuando Tadashi se asomó vio como todos estaban con la cabeza gacha, todos menos el capitán, quien tenía una mirada tan fría que dolía. Nadie se atrevía a refutarle nada, solo asintieron y siguieron con sus actividades, pues además de que era alfa, era dominante. De hecho su grito también hizo temblar a Yamaguchi.

Por esa y un par de razones más, esperó que su entrenamiento acabara. Cuando eso pasó el ambiente comenzó a relajarse, varios conversaban y algunos reían, pero claro, no pasaron ni cinco minutos para que el capital, Tsukishima, saliera del lugar a toda prisa. Con esa misma velocidad lo comenzó a perseguir Tadashi, hablando muy fuerte y emanando feromonas, inconscientemente, de emoción.

—Disculpe, joven Tsukishima... ¡Joven Tsukishima!, quiero hacerle algunas preguntas, no durará mucho solo— El omega quería decir unas cuantas palabras más, pero un fuerte golpe en su espalda hizo que se callara completamente, el alfa había empujado con mucha brusquedad a Tadashi, haciéndolo caer en el suelo.

—No me gusta la gente testaruda— sentenció Kei, sin siquiera voltear a ver, tan solo siguió su camino.

Esperaron a que el capitán se alejara considerablemente y el resto de integrantes en el equipo corrieron para auxiliarlo, estaban super preocupados por el pobre chico en el suelo, se notaba que fue un fuerte golpe.

—¿Estás bien? Lamento eso, ese tipo siempre se porta así, solo debes ignorarlo— le comentó con una sonrisa, uno de los jugadores, su nombre era Bokuto Kotaro.

Tadashi sonrió sutilmente y se levantó del suelo, rápidamente se dio cuenta de que en ese montón de chicos solo había entre alfas y betas, por un momento se sintió abrumado, pero no tardo en acostumbrarse, a fin de cuentas, la mayoría de sus compañeros eran alfas.

—¿Por qué no hay ningún omega en este equipo?— preguntó directamente.

Todos se quedaron rígidos , evitando la curiosa mirada de Yamaguchi. Pasó un rato para que uno de ellos se atreva a formular una oración.

—Lo que pasa es que... a Tsukishima no le gustan para nada los omegas, en realidad no le agradan ni los alfas ni los betas, talvez nadie... solo que a los omegas les tiene más desapego.

Luego de eso el ambiente estaba sumamente incómodo, ninguno de ellos quería quedarse ni un minuto más, por lo que se despidieron de Tadashi respetuosamente y cada uno tomó su camino. Era extraño, en ese mundo era imposible que existiera alguien que odiara a todos, o eso era lo que pensaba Tadashi, talvez no conocía el mundo por completo.

Pero eso, en lugar de deprimirlo, alimentó su hambre de periodista, necesitaba saber cada detalle de la vida de Tsukishima Kei, era tan irónico , cuando lo vio por primera vez mientras los espiaba, sintió una vibra muy extraña en todo su cuerpo, un sentimiento que no les permitía a sus ojos apartar la mirada de él, ahora lo entendía, sería su objetivo para hacer un gran reporte.

Sonrió victoriosamente, realmente había sido un día algo ajetreado; sin embargo todo se volvía muy pequeño ante el regocijo de ese omega emocionado, dando saltitos mientras caminaba y emanando feromonas de alegría por todo el camino.

En cuanto llegó a casa, no sintió la necesidad de dormir, tenía muchísimas cosas que preparar si realmente quería realizar su cometido, haría a ese alfa suyo, en términos profesionales por supuesto.







Imposible [TSUKIYAMA] [OMEGAVERSE]Where stories live. Discover now