𝟎𝟏: You know my name?

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   — Creí que habías dejado tu mochila en las mesas de cafetería —lo mira con ojos entrecerrados— ¿Qué se supone que haces aquí?

   — Oh, bueno, los dueños del local me dijeron que metiera mis cosas o me las robarían —explica mientras señalaba con su pulgar la puerta de salida— y... voy a ser tu nuevo compañero de trabajo, supongo —la pelinegra lo miró expectante hasta el punto de reir nerviosa— ¿Qué tiene de gracioso?

   — ¿Qué? No me estoy riendo —vuelve a soltar una risita— no es gracioso, quiero decir... —Nelle suspira posando sus manos sobre su rostro para calmar los músculos de su cara que la estaban haciendo quedar mal— solo continúa lo que ibas a hacer, y no, no soy tu compañera —responde

   — Pero si yo te vi ayer dándome mi café —contesta extrañado— que estaba mal, de hecho, pero... estabas trabajando así que soy tu compañero —concluye cruzandose de brazos.

   — Yo trabajo aquí cada que mis padres se les da la gana sin un solo centavo de sueldo, así que no, no trabajo aquí, soy solo el estúpido parche laboral de mi familia así que, ¿Por qué no vas a hacer lo que tienes que hacer? —responde molesta, cosa que al castaño le extrañaba, el día de ayer parecía ser una chica amable y agradable.

   — ¿Okay? suerte con el caramelo —murmura volteando sobre su propio eje para salir dejando a la pelinegra sola quien ahora, además de todo el problema, tenía que limpiar esa olla a detalle y después poner más caramelo a derretirse.

Por otra parte estaba Peter, no le entusiasmaba mucho trabajar en una pastelería, pero era el trabajo con mejor sueldo y no moriría en el intento. La pastelería de los Dempsey era de las mejores en Queens sin exagerar, y sus precios económicos eran lo que más le agradaba a Peter. El olor a pan recién horneado le llenaba de nostalgia al recordar como cada cumpleaños su tía May lo llevaba a comprarse cualquier mini pastel de su preferencia con los ahorros que la mayor juntaba para su pequeño. Recordar aquello llenaba su corazón de dolor.

   — Buen día, ¿Que desea ordenar? —saluda el castaño a un cliente que estaba llegando a la caja tratando de dejar atrás esos recuerdos, estaba nervioso, no sabía que hacer y los señores Dempsey habían asegurado que la chica a cargo le daría una capacitación, pero al parecer empezaron con el pie izquierdo.

Mientras Peter realizaba el pedido, sentía las miradas del cliente analizando lo que hacía provocando que de vez en cuando se le cayeran las cosas o empezara con su temblorina de manos para realizar las cosas.

   — Aquí tiene su pedido... señor —avisa nervioso.

   — Gracias —agradece mientras seguía juzgandolo con la mirada— Eres nuevo, ¿Cierto? —el castaño asiente tratando de mirarlo a los ojos por respeto pero de vez en cuando desviaba sus ojos para controlar sus nervios—. Gracias por tu atención, muchacho —responde dejándole propina apidandose del pobre chico que parecía que pronto se desmayaría de los nervios.

   — Muchas gracias señor —Dice alzando la voz conforme el desconocido se retiraba de la pastelería. Peter suspira aliviado, sin embargo deseaba tener esa capacitación para no tener que pasar por aquellas sensaciones de nuevo.

   — Peter, ¿Por qué estás a cargo de la caja? —la voz de la señora Dempsey hacía eco en el local— Arianelle debería estar aquí ayudándote, ¿Dónde está esa niña? —pregunta quejumbrosa mientras posaba sus manos en su cintura buscándola con la mirada, Peter sin saber si era una buena idea, decide responder.

𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐚𝐤𝐞𝐫𝐲 ᴾᵉᵗᵉʳ ᴾᵃʳᵏᵉʳ ᵀᴴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora