INTRODUCCIÓN

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Los avances de la ciencia y la tecnología en el año 2110 eran un arma de doble filo. Algunas de las armas más letales del planeta se desarrollaron para mejorar la calidad de vida del ser humano, sin embargo, el lado oscuro de la humanidad siempre se afanó en buscar maneras de utilizar su avanzada tecnología con fines perversos.
Una de las tantas ventajas tecnológicas que volvieron a sembrar la semilla de la esperanza en la humanidad fue la criogenia. Aunque fue desarrollada con fines médicos, un avance tan favorable como aquel solo estaba al alcance de quienes pudieran pagarlo.
Cuando la guerra nuclear estalló, todo se derrumbó. Rusia protagonizó el primer ataque a U.S.A desatando la ola de caos y muerte; las tensiones crecieron, al grado de amenazar la vida en la Tierra; los medios anunciaban un duro golpe para la humanidad con la inminente incursión de las potencias mundiales en el conflicto, y los misiles causaron estragos en el planeta.
Sin esperarlo, un plan que el gobierno de Norte América llevaba tiempo trabajando fue el que encendió la chispa de la esperanza. Tras diez años de planificación decidieron viajar a Marte, aunque aquello implicara la aniquilación del ochenta por ciento de la humanidad en la Tierra. La tripulación se compuso únicamente por personal del gobierno y miembros selectos del ejército, quienes abordaron la nave con la promesa de que volverían por el resto de los sobrevivientes, después de que lograran establecer una base segura para la humanidad.
Pero pronto los rezagados entenderían que aquella promesa solo había sido un bálsamo para aliviar su desasosiego y no hacerlos sentir olvidados, pues, desde entonces, surgieron nuevos gobernantes que, tiempo después, dominaron la tierra, o más bien, lo que quedaba de ella.

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