Dark Lord

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Voltobautamon había dejado de existir, el viejo enemigo había desaparecido tan rápido que le resultaba gracioso a Beelzebumon después de tantos problemas que había causado desde hace mucho tiempo atrás, incluso como Piemon antes de que tomara esa forma. Sin perder más tiempo, voló hacia el super demonio y con facilidad arrancó una espada más, la bestia se alebrestó lanzando un rayo que esquivó sin problemas

—Sigues teniendo demasiada fuerza, sin embargo... parece que no estás del todo bien, el payaso hizo un buen trabajo, me lo dejó fácil—

Ogudomon se había reincorporado y perseguía con cada extremidad al demon lord mientras esquivaba haciendo piruetas cada uno de sus ataques

—Le cuesta mucho mantener la ofensiva... de haber llegado antes, cuando estaba en su apogeo, las cosas hubieran terminado muy mal para mí—analizó Beelzebumon.

Beelze tomó altura, su cañón estaba listo nuevamente para desatar otro Chaos Flare y sin dudarlo más lo hizo sobre la cabeza de Ogudomon quien no pudo evadirlo. Enseguida el demonio aterrizó sobre él y lo despojó de una espada más provocando que disminuyera drasticamente su energía, aparentemente apenas se podía mantenerse vivo con solo uno de los siete aceros del pecado.

—Mírate nada más... monstruo de pacotilla, apenas si puedes estar de pie... por tu propio bien y el de este lugar, acabaré contigo—

Beelzebumon ya tenía la última espada en sus manos para despojarla a la bestia de esta, cuando repentinamente un ataque sorpresa perforó su pecho y algunas de sus extremidades con grandes cuchillas de cristal que le dificultaban moverse.

—¡Maldición!...¡¿Qué es esto?!— dijo mientras trataba de retirar inútilmente los proyectiles, pero tenían tanto filo que se rebanó los dedos, el esfuerzo de mover los brazos para esto había sido demasiado, lo invadía una parálisis y no tuvo más fuerza para intentarlo nuevamente.

Las cuchillas eran lo menos preocupante para el demonio, una presencia siniestra se había manifestado detrás suyo que lo hacía temblar, lo que emanaba era indescriptible y sabía que estaba en aprietos.

—Los felicito muchachos... han hecho un gran trabajo y fue muy entretenido ver esta batalla pero ya me aburrí... Se acabó la hora de jugar— dijo la presencia mientras aplaudía suavemente.

 Se acabó la hora de jugar— dijo la presencia mientras aplaudía suavemente

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—¡¿Quién eres?! A... a... acabaré contigo apenas pueda moverme— exclamó titubeando y a regañadientes Beelzebumon.

—No hace falta una pelea innecesaria, esto debe terminar, ustedes ganaron. Solo vine a poner orden en esta área de juegos. Mi nombre es Grand Dracumon— respondió

El recién llegado no era tan grande como Ogudomon, era el doble de alto que Beelzebumon y de aspecto bestial con cuatro enorme patas y un remanente humano en torso y brazos vestidos por un traje rojo de cuello amplio y azul, este personaje tenía alas negras semejantes a las de un murciélago y una larga cabellera rubia, su pálido rostro azulado era cubierto por media máscara azul y tenía dos enormes cuernos en la cabeza. Era considerado el rey de los vampiros del que los de su clase pocos habían conocido, vivía en lo más recóndito del Dark Area, que pocos tenían acceso a su morada, era una leyenda incluso en este lugar.

Grand Dracumon caminó tranquilamente por un lado del demon lord dándole una amistosa palmada en el hombro mientras este se encontraba boquiabierto ante la escena, el objetivo de este nueva presencia definitivamente no era acabar con él

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Grand Dracumon caminó tranquilamente por un lado del demon lord dándole una amistosa palmada en el hombro mientras este se encontraba boquiabierto ante la escena, el objetivo de este nueva presencia definitivamente no era acabar con él.

—¡¿Era necesario que casi me mataras?!— preguntó furioso.

—Amigo Beelzebumon, tú sabes que sí... Fue por tu propio bien con lo imprudente que puedes llegar a ser. Ahora mantente tranquilo y deja que me encargue esto— respondió Grand Dracumon y de inmediato con un chasquido de dedos hizo desaparecer las cuchillas del demonio que apenas podía de estar de pie —Te recuperarás pronto, descuida—

Dracumon observaba tranquilamente con los brazos en la espalda a Ogudomon en mal estado, parecía una maquina que trataba de operar torpemente con el mínimo recurso.

—No puedo permitir que mueras Lucemon... Sería un fastidio encontrar nuevamente a alguien como tú, pero ya ha sido suficiente—

El rey oscuro miró fijamente el ojo principal de Ogudomon provocando que este quedara inmóvil, aparentemente le había hecho caer en una especie de trance, Dracumon enunció un par de oraciones en voz baja que Beelzebumon no pudo entender y gradualmente la bestia comenzó a regresar a la forma de Lucemon hasta quedar tendido e inconsciente en el suelo.

—Ustedes y yo tenemos que poner algunas cosas en claro— dijo dirigiéndose a Beelzebumon.

—Pero... ¿y la grieta que lleva a la tierra media?—

—Ah... ¿Tanto te preocupa? Nunca pierdes ese toque de nobleza. La grieta ya está cerrada, me encargué de eso mientras ustedes jugaban por aquí—

—¡¿Dónde están mis amigos?!—

—Amigos... Tuve el placer de conocer a esos dos tan peculiares, yo mismo permití que Noble Pumpmon cumpliera tu deseo de que regresaran a salvo antes de sellarla... ahora me debes un favor—

El demon lord entendió perfectamente lo que decía Grand Dracumon, sabía que nadie que no fuera condenado a estar en el Dark Area o tuviera relación con tal, era bienvenido y menos Gankoomon y Bancho Leomon por sus cualidades, uno como caballero y el otro como vigilante, asesinarlos hubiera sido tan natural para el vampiro.

—Ya debes haber recuperado suficiente energía, toma a Lucemon y acompáñame—

Beelzebumon no tuvo más remedio que seguir las indicaciones dadas, cargó a Lucemon en un hombro y siguió le siguió por un portal oscuro recién abierto por él.

Beelzebumon no tuvo más remedio que seguir las indicaciones dadas, cargó a Lucemon en un hombro y siguió le siguió por un portal oscuro recién abierto por él

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