Send me an Angel

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Incrédulo ante los hechos Bancho Leomon no podía concebir que Beelzebumon había muerto y olfateaba en el aire mientras vibraban sus bigotes tratando de encontrar su rastro —No está... y tampoco Boltmon—

—Ese gigante no merecía morir, estaba naciendo otra vez, y ni se diga ese maldito demon lord, esperaba al menos no lo sé... despedirme de él— dijo con tristeza Gankoomon.

Con lágrimas en las hendiduras de la calabaza que daba forma al su rostro, Noble Pumpmon no dijo nada más al respecto y tras despedirse muy formalmente de sus nuevos amigos, se retiró en la carroza, para él ya no tenía sentido haber vuelto a la ciudad, la muerte de Beelzebumon era más que obvia, lo anunciaba la marea del mar negro que comenzaba a subir gradualmente con el fin de inundar nuevamente la ciudad hasta esconderla en sus profundidades.

Gankoomon y B. Leomon se despidieron con desanimo de Noble Pumpmon y sin más remedio, estrecharon sus manos, pues a pesar de la pérdida de sus amigos, la victoria estaba asegurada, sin embargo, un fuerte chiflido proveniente de la orilla del mar llamó la atención de ambos.

—Estúpidos... ¿Creyeron de verdad que una estrategia tan simple como esa acabarían conmigo?, solo arruinaron mi elegante indumentaria.

—¡¿Qué?! ¡¿Sigue vivo?!— expresó Gankoomon apuntando incrédulo con el índice.

—No está en buenas condiciones... hay qué actuar rápido— agregó Bancho Leomon.

Voltobautamon lucía con la ropa desgarrada incluyendo sus alas y el armamento que portaba estaba destruido.

—Se les acabó la suerte, voy a matarlos con mis propias manos—

En el campo de batalla estaban solo estos seres, la aparente muerte de Voltobautamon había desmoralizado a su ejército y otros simplemente habían perecido ante el apoyo de Noble Pumpmon. Los héroes regresaron al combate y se lanzaron a por todo para terminar con el enemigo.

Leomon ejecutó su técnica de sello conocida como golpe de rey bestia lanzando a distancia un proyectil de energía, iniciando así el ataque pero este fue desviado de una palmada por el bucanero, seguido de esto Gankoomon ya estaba lo suficientemente cerca y en un intento de golpearlo con un puñetazo en descenso de un salto, fue sujetado por el cuello y después contra el suelo a una mano del enemigo mientras preparaba la otra para apuñalarlo con sus afiladas garras en el pecho.

Con la intención de evitar el daño a Gankoomon, el felino arribó agitando su espada con la intención de partir la cabeza de Voltobautamon pero este atrapó el filo con la dentadura, rompiendo el acero. Impresionado por dicha fuerza mandibular, Bancho Leomon dio un paso atrás preparando el siguiente ataque pero fue severamente bofeteado con la cola de Voltobautamon misma que usó para asfixiarlo mientras el royal knight trataba de liberarse con el poco conocimiento que le quedaba.

—Estoy cansado de ustedes, no son mas que un par de moscas— Dicho esto el bucanero perforó el pecho de Gankoomon con la otra mano que le quedaba libre y se regocijó al escuchar el agónico alarido del caballero —Ah... qué dulzura... no te escucho, ¿qué dices?, ¿quieres más?— expreso vibrando de placer Voltobautamon mientras removía las entrañas del caballero.

—De...ten...te— expresó con dificultad Bancho Leomon mientras era estrangulado.

—¿Qué dices?... No te escucho bien, permíteme ayudarte con eso— sin dejar de estrangularlo, el enemigo azotó de un lado a otro consecutivamente estrellando la cabeza del bancho como si se tratara de un costal —Vaaaaaya... pero miren cuánta resistencia, ya deberían estar muertos ambos, aplaudiría pero tengo las manos ocupadas— agregó mientras Gankoomon trataba de sacar desesperadamente la mano del demonio quien trataba de calmarlo como si fuera un bebe con un ''Ssshhhh".

Pumpmon quien ya llevaba distancia recorrida escuchó el alarido de Gankoomon y sin dudar dio un giro de 180 grados en su carroza pisando a fondo el acelerador, sin embargo, notó que las oscuras nubes en el cielo rojizo del Dark Area se agrietaban y entre estas un rayo de luz anunciaba la llegada de alguien que llamó la atención de todos.

Dentro de este sublime destello emergía un ser cuyas majestuosas alas se agitaban mientras descendía, las del lado izquierdo asemejaban a las de un murciélago mientras las del otro era conformado por un plumaje tanto blanco como la nieve, caballera larga, rubia, portando vestimenta tan elegante como la de un caballero.

—Dejarte a cargo al parecer era mucho pedir... discúlpame Piemon, te fallé al confiar en ti— dijo decepcionado Lucemon en modo Falldown contemplando la escena.

 discúlpame Piemon, te fallé al confiar en ti— dijo decepcionado Lucemon en modo Falldown contemplando la escena

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