Day 3

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El incidente con las sirenas había dejado exhausta a la tripulación, tanto que habían consolidado el sueño con inmediatez. Faltaba poco para llegar al destino y no había mucho qué hacer en el barco pues los subordinados de Capitán Hookmon tenían todo bajo control.

—¿Por qué tanto drama con la sirena?— preguntó Beelzebumon mientras entraba a la cabina del capitán.

—¿De verdad quieres saber?— respondió con una combinación entre fastidio y pena.

—Con tal de que se haga el viaje menos largo—

Beelzebumon tomó asiento frente a la mesa donde acostumbraba pasar el tiempo Hookmon y se dispuso a escuchar riendo ligeramente pues la incomodidad del capitán le parecía divertida.

—Esa mujer fue parte de mi tripulación y nos enamoramos pero sus ambiciones eran diferentes a las mías— Beelzebumon al escuchar esto, interrumpió abruptamente y estalló en carcajada.

—¡Le rompiste el corazón!— dijo entre burlas el demonio —¡Eres un canalla capitán... Estoy orgulloso de ti—

—¡Cállate! No es eso exactamente, ella quería que fuéramos piratas en vez de dedicarnos al comercio, pero me negué y decidió hacerlo por ella misma junto a otras sirenas.—

Beelzebumon se quedó pensando sobre cómo sería la vida de un pirata, no le parecía nada mal, pues se visualizaba peleando por ahí con otros como él en busca de tesoros, como alguna vez escuchó.

—Tal vez no hubiera sido tan malo...— respondió.

Un silencio incómodo invadió el lugar mientras Beelzebumon seguía haciendo castillos en el aire y el capitán lo miraba con sospecha.

—No entiendo como Jijimon puede confiar en alguien como tú...— dijo con desdén Hookmon.

—Yo tampoco...— respondió encogiéndose de hombros.

Después de algunas horas más de conversación sobre qué harían al terminar el viaje junto a Leomon y Gankoomon quienes se habían unido a la charla, la primer parte de viaje había llegado a su fin, la tripulación llevaba poco tiempo de haber detenido el barco en las coordenadas que había indicado el capitán tiempo atrás.

—Vamos todos a cubierta, es hora de transbordar—

—¿Cómo? ¿A dónde?— preguntó Gankoomon.

El capitán solo pidió que lo siguieran y una vez al descubierto sacó de su casaca una flauta azul con la tocó una melodía durante algunos segundos. Los aventureros no entendían nada pero notaron como el ritmo de las olas comenzó a cambiar acompañado del sonido que hacían conforme se hacían más turbias.

—¡¿Qué está pasando?!— preguntó Leomon mientras sostenía con fuerza la espada que portaba en su cadera, listo para una posible batalla.

—No hace falta que se alteren muchachos... un viejo amigo nos ayudará.

Finalmente del agua emergió una gigantesca ballena azul que llevaba su cabeza protegida por un recubrimiento oscuro que asemejaba a un casco, las medidas de este ser acuático eran excesivas, comparado con el barco.

—¡Whamon! ¡Cuánto tiempo sin verte viejo amigo!—exclamó entusiasmado Hookmon.

—Llevaba mucho tiempo sin salir a la superficie, me da gusto verte tan saludable como siempre— respondió la ballena con una profunda y grave voz que denotaba también mucha gentileza.

—Jijimon necesita que llevemos a estos caballeros a solo donde tú puedes ir—

La bellena guardó un momento de silencio y lanzó un chorro de agua por el orificio ubicado en la parte superior de su cuerpo.

—Percibo que ustedes son fuertes... alguien aquí desprende ese rastro que solo lleva al abismo que ni yo me he atrevido a cruzar—

—Tomaré eso como un halago— respondió Beelzebumon sin darle mucha importancia mientras todos lo miraban con algo de risa porque olvidaban su calidad como demon lord a causa de lo bien que se llevaban con él.

—Eres super malo y nadie te quiere por cola-larga, tienes suerte de que seamos tus amigos—dijo Bancho Leomon dando una palmada en la espalda al demonio quien en respuesta solo se talló la cara con una mano.—

—La única forma en la que puedo llevarlos al Dark Web es en mis adentros...—

Gankoomon tragó saliva nerviosamente al escuchar esto, pues no le parecía nada agradable ls idea de ser básicamente devorado por una ballena.

—Ya lo escucharon amigos, más vale que estén listos— dijo Hookmon riendo mientras Whamon abría su enorme boca y abrió paso a los viajeros.

—Ya lo escucharon amigos, más vale que estén listos— dijo Hookmon riendo mientras Whamon abría su enorme boca y abrió paso a los viajeros

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