Demon Lord

The Grudgeful Hand

El orígen de Piemon había sido revelado, sin embargo, esto no sorprendió para nada a Beelzebumon no le interesaba en lo más mínimo el tema de los niños elegidos, ni Apocalymon. El único ser humano que significaba algo para él, ya lo había dejado atrás, ahora sentía sin saber del todo cómo explicarlo, que la vida de Piemon le pertenecía, había algo más que la venganza.

—-Piemon ya no busca traer de vuelta a Apocalymon— dijo el anciano apretando si bastón.

—Es cierto.. ha pasado mucho tiempo desde que regresó de su prisión y no he escuchado nada sobre el regreso de esos Dark Masters, ¿entonces qué es lo que busca?—

—Una nueva evolución, al parecer encontró una fuente oscura de poder más potente y perversa, él aun siendo parte clave de Apocalymon, no le interesa traerlo de vuelta pues ya pereció una vez—

—-¿De qué le serviría un Vamdemon? Escuché que lo buscaba antes de que escapara, el muy tonto no consideró que había evolucionado en esta forma—

—The Grudgeful Hand... una fuerza negativa más allá de nuestra comprensión. A diferencia de otros males, este no tiene ningún objetivo en claro o no que yo lo sepa.—

—Entonces Piemon quiere ese poder... Parece que su estupidez no tiene límites, ni siquiera yo me atrevería a lidiar con algo así—

—Ni tú, ni otros demonios. Viajé mucho mientras no estuviste, conocí a otro de tu tipo, Lucemon, quien para ser un Demon Lord como tú, era bastante pacífico. Me dijo que percibía ese mal pululando por el Dark Area, pero estaba más allá de su alcance y me comentó sobre una vieja profecía de como un Vamdemon daría nacimiento a un ser extremadamente fuerte en el que todo ese mal estaría depositado—

—¿Y cómo saber cuál Vamdemon lo traería de vuelta?—

—Al parecer Piemon apostaba que eras tú, pero sus planes salieron mal—

El rival de Beelzebumon tenía grandes ambiciones, se negaba a perecer nuevamente sin conquistar al digimundo de alguna u otra manera..

—Anciano, algo me dice que no debo quedarme de brazos cruzados, tan sólo pensar en ese poder me produce repulsión y todavía más de saber que alguien tan detestable como ese payaso esté involucrado en esto—

—Posiblemente tu nueva forma no sea suficiente para enfrentar algo así, ¿estás seguro de querer hacer esto?—

—Lo ideal es no permitir que pase, acabaré con Piemon antes.—

—¡Yo te ayudaré! he aprendido mucho de ti seguro que seré de gran ayuda— dijo Impmon con entusiasmo, a lo que respondieron el anciano y el motociclista echándose una mirada chusca mutuamente.

—Tú te quedas aquí , enano— Beelzebumon levantó con una mano a su pequeño amigo como si se tratara de un juguete y lo puso a un lado de Jijimon.

—Vendrás conmigo... tienes cosas más importante de que ocuparte, alguien te espera—

—¿A dónde iremos anciano?— preguntó Impmon

—-Hay mucho trabajo qué hacer en Floatia City. Que andes de vago en los bosques no ayudará a las nuevas generaciones.—

Después de seguir conversando un poco más sobre las posibilidades de lo que se aproximaba, ambos digimon pasaron la noche en la choza de Jijimon. A la mañana siguiente Beelzebumon invocó a Behemoth y se despidió del anciano que llevaba a Impmon de la mano camino a la ciudad a través del bosque.

—Debes recuperar tu poder, sino no podrás regresar a Witchelny—

Al escuchar esa última palabra Impmon se estremeció, su pequeño corazón latió con tanta fuerza mientras por su mente pasaban todos esos intensos recuerdos de una vieja promesa de amor.