Demon Lord

Dark Master

El viejo árbol había llegado a su etapa ultimate y a pesar de tener un aspecto amigable, emanaba un aura muy fuerte que ponía a Beelzebumon a pensar si este anciano sería capaz de derrotarle.

—No, joven demonio, nunca nos enfrentaremos— dijo en tono pícaro mientras servía una taza de té y galletas al Demon Lord y a su pequeño acompañante.

El motociclista ignoró las galletas y bebió con una sonrisa amarga, pues recordó como lo acostumbraba cuando era un Wizardmon, le ayudaba a lidiar con el exceso de presión que le daban cuando estaba en las líneas de los Nightmare Soldiers.

A su pequeño acompañante no le importaba nada, devoraba sin sutileza las galletas y solo bebía para no atragantarse.

—Parece que tu viaje no fue en vano, ese poder pocos pueden conseguirlo, ¿serás capaz de controlarlo?— preguntó con tono preocupado.

El anciano tenía razón al preocuparse, a Beelzebumon le costaba mantener el juicio con este nuevo poder, su sed de violencia y era tan fuerte que había dejado de existir en él casi toda misericordia, especialmente durante la batalla. El demonio miró con el entrecejo fruncido al anciano y después a Yaamon cual le provocó media sonrisa y después un suspiro.

—Parece que queda eso que te hace diferente de otros de tu clase— expresó Jijimon después de ver como el motorista miraba a su acompañante.

Beelzebumon no agregó ningún comentario y pidió a Jijimon que le compartiera toda información sobre el enemigo que pudiera servirle, le intrigaban los planes de Piemon.

—Hace mucho tiempo Piemon pertenecía a una alianza muy fuerte, los Dark Masters quienes servían a Apocalymon, él era el más sádico y cruel y reinaban en el digimundo, hasta que fueron derrotados por un grupo de humanos "Los niños elegidos".—

—¿Por qué no me contaste esto desde el principio? Creí que no sabías nada de estos humanos—

—Han pasado más de 20 años desde que te fuiste, el tiempo en el mundo humano es muy diferente al de aquí y reunir toda esta información, no fue nada fácil. Esto de los Dark Masters y Apocalymon es información muy antigua y han pasado tantas cosas hasta este punto— el anciano se rascaba el mentón tranquilamente.

—¿Por qué Piemon sigue con vida, no habían acabado con él esos niños?— preguntó con desdén Beelzebumon, le desagradaba la idea de tener que lidiar con su adversario, que se suponía estaba muerto.

—Eso parecía, el arlequín había sido encerrado por HolyAngemon en otra dimensión de la que hasta la fecha no había manera de salir, era como la muerte—

—Parece que lo subestimaron, ¿sabes por qué está buscando al nuevo Vamdemon?—

Antes de que el anciano respondiera, Yaamon comenzó a comportarse extraño y destellos de luz rodearon su pequeño cuerpo, segundos después se había transformado en su siguiente etapa, Impmon.

Este miró sus manos cubiertas por sus guantes rojos y luego hacia atrás por encima del hombro.

—¿Qué pasa amigo, no te sientes orgulloso de tu nueva etapa?— preguntó Beelzebumon contento por su pequeño socio, con el que ahora tenía más en común. No le molestaba haber sido interrumpido.

—Ella me espera, pero no puedo dejar que me vea así.. tan vulnerable—