El origen de un mal necesario. Camino de un pequeño rebelde en busca de algo más por los rincones del mundo digital.
Este fanfic tiene su modo de rol, puedes encontrar al personaje principal en twitter @vamdelord y divertirte con él. Su escenario e...
—¿Será este mi fin?... He estado cerca de la muerte tantas veces...— pensaba para sí mismo Vamdemon al sentir la enorme pata de su adversario a punto de aplastar su cabeza —No es tan malo perecer ante alguien tan fuerte como él... debo darle el mérito... es un gran guerrero—
—¡Holy Arrow!— Una flecha en forma de luz, atravesó el pecho de Demon, haciéndolo retroceder varios pasos y otras dos más lo atravesaron seguidas de esta.
—¡¡¡Tú!!! Después de tanto tiempo, tantos lugares y tantas desventuras, te atreves a asomar tu horrenda cara— gritó una fémina de cabellera rubia y piel casi tan blanca como sus seis alas, que volaba entre la tempestad.
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Se trataba de Angewomon, la guardiana del santuario de hielo y los alrededores, quien había detectado la presencia de los dos demonios y salió a hacer su labor, salvaguardar el área del peligro, sin embargo, otra razón más fuerte que esa se apoderó de su mente.
—No tengo palabras para demostrar el desprecio y la repugnancia que solo me da verte, y más porque alcanzaste tu forma Ultimate—dijo Angewomon mientras preparaba otro ataque divino con sus manos.
—Ungh... ¿Quién eres? —Demon cayó de rodillas, tratando de quitarse las flechas que le quemaban las entrañas y las garras por estarlas sujetando.
—En el nombre de la fuerza divina que me respalda y el amor de un inocente Wizardmon, te daré la muerte que te mereces— El ángel se quitó el casco protector con el que solamente cubría sus ojos y lo lanzó lejos, alzó los brazos y una ráfaga de viento y destellos dorados, formaron un tornado que envolvió a la bestia, mientras Vamdemon fue desplazado lejos del área, Demon gritaba de agonía, las flechas y la energía divina que lo envolvía, lo hacía sufrir de manera indescriptible, apenas podía moverse y se encontraba en pésimas condiciones antes de la aparición de Angewomon.
—Esos ojos... ese color azul, no puede ser aquella bruja... ¿por qué ahora?— dijo Demon para sí mismo con pavor al recordar a su adversario.
La rubia se percató del miedo en el rostro de la bestia —Parece que ya recuerdas... mírame fijamente, porque estos ojos azules son lo último que verás— Angewomon preparó una flecha más con sus dedos.
—¡Maldita!, ¡Maldita!, ¡Malditaaa!— gritaba repetidamente Demon entre rabia y miedo —¡Tú no puedes matarme!, ¡No te corresponde esa tarea!— replicó Demon.
Angewomon no respondió nada, hacia caso omiso a las palabras de su antiguo enemigo, mientras usaba toda su concentración para crear una flecha celestial mucho más poderosa que las anteriores.
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Demon asumió por fin que este sería el momento de su muerte y recuperó la tranquilidad —Mi asesinato te saldrá muy caro...— dijo tranquilamente y con un tono sarcástico terminó la sentencia llamando a su verdugo por cuyo nombre anterior —...Witchmon.
