La hermana de Jon snow (Game of Thrones)

1.

Aeryn Nieve  corría por el castillo en dirección a la gran torre de la biblioteca. La razón de la rapidez era que ese día el maestre Luwin le prometió prestarle uno de los 5 libros de historias de dragones, y ella no quería llegar tarde.

De camino a allí se había tropezado con 2 sirvientas y se cayó unas 4 veces, y si así era la facilidad con la que Aeryn se caía que  no tenía limites pero  su capacidad de levantarse y seguir era igual de infinita. Todo parecía ir bien hasta que se cruzó con Lady Catelyn la cuál le dedico una mirada gélida y no escasa de desprecio.

- Aeryn, ¿acaso crees que por que eres una bastarda no te tienes que comportar como una dama?- le dijo en tono seco.

Aeryn agacho la cabeza, tratando de encogerse. Desde que tenía memoria Catelyn la había tratado así y desde muy joven Aeryn sabia el motivo. Era una Nieve, bastarda de invernalia, de su padre, el esposo de Catelyn. Solo tenía a Jon, su hermano mellizo con el compartía la misma situación y el odio de Catelyn.

-No, Lady Stark caminaré como una dama- le contesto armándose de valor.

-Como corresponde, ahora desaparece de mi vista- le dijo Catelyn más fría que antes.

No tuvo que ordenárselo ya que era todo lo que quería. Camino hasta perderla de vista y hecho a correr de nuevo. Aeryn se creía muy fuerte y valiente aunque era bastante menuda como su medio hermana Arya. Le gustaba la espada aunque mucho más el arco y la flecha, podía practicar mientras no molestara a nadie así que la mayoría de las veces se iba al bosque de los dioses a practicar ya que aunque al ser bastarda no recibía tanta atención para que sea una dama tampoco se le dejaba practicar cosas impropias de una mujer, pero nadie se preocupaba si desaparecía un día entero para practicar. Cuando era niña muchas veces lloraba a causa de ello pero luego se dio cuenta que no servía de nada y nunca podría ser otra cosa llorando, así que desaparecía casi todas las tardes y practicaba y practicaba, creía que si era buena le prestarían atención. Fue mejor día  a día pero no le prestaron atención por ello pero dejo de importarle al gustarle mucho practicar. También leía mucho le gustaba las historias de la vieja tata y la historia de los 7 reinos y sus casas y pronto se instruyó en ello.

Cuando llego a la torre el maestre la esperaba. Este vestido con una túnica azul y su cadena colgaba de su cuello. La miro y Aeryn no necesito que le hablara para hacerle entender que había llegado tarde.

La biblioteca estaba tranquila y entre todas las estanterías Aeryn leyó el libro hasta que el sol se puso. Satisfecha cerró el libro salió sin rumbo definido hasta que sonaron las campanas para comer. Al entrar al comedor se encontró con su padre ya sentado en la cabecera  con un jubón negro con el lobo de los Stark en el a Catelyn a su izquierda seguida por sansa muy elegante y Arya ya devorando el cordero. A la derecha se encontraba Robb seguido por bran y Rickon. Jon se encontraba un poco más alejado y Aeryn camino hacia allí y se sentó. Se hizo el silencio cuando entro pero después se retomó el ruido. Jon la saludo y esta sonrió y se puso a comer. Ella ere muy parecida a Jon, el mismo cabello oscuro con ojos grises compartían también muchas opiniones y ella lo quería más que nada ya que era  lo único que tenía. Cuando termino de comer se fue a su habitación que quedaba en nivel inferior que se conectaba con una escalera y tenía un pasillo con 2 habitaciones la de la derecha era de Jon y la de la izquierda la de Aerys. Cuando llego a su habitación todo estaba a obscuras salvo por la antorcha del pasillo. Prendió una vela y la llevo hasta el escritorio y siguió la leyendo el libro de dragones. Cuando oyó pasos en el pasillo salió.

Era Jon y lo abraso cuando lo vio y le conto lo que paso con Catelyn y este lo ocurrido en la mesa después de que se fuera.

-¿De verdad vendrá el Rey a Invernalia?- le pregunto impresionada.

-Si estará llegando la semana próxima por lo visto viene con la reina y sus hijos.

Después de charlar con él se despidió y se fue a dormir apagado las velas. La mañana siguiente no la olvidaría.