Dedicatoria

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A la niña que lloraba todos los patios,
a la que ir al cole se le hacía un mundo,
la que sentía un vacío en el pecho cuando su madre se iba.

A la niña que no decía lo que pensaba,
la que se enterraba en silencios día si, día también.

A la niña que no le gustaba jugar con mucha gente,
a la que prefería escuchar,
a la que pensó que nunca la escucharían,
que se hundiría entre los gritos de su alma,
que el silencio la amordazaría.

A la niña que cuidaba las flores,
la que te cogía siempre de la mano.

A la niña que amaba los puzles porque era una manera de encajar problemas,
la que se perdía en un libro y no quería encontrarse.

A la que le dijiste que lloraba demasiado,
que nunca se haría escuchar.

A ella.

Perdón por castigarte por sentir.
Discúlpame por aquella tarde de mayo,
por el silencio impuesto,
por perder las llaves y dejarte sola tanto tiempo.

A la niña que llevo dentro, gracias por volver.

Cartas perdidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora