CAPÍTULO 1

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Bella.

-Mama no te vayas, por favor- Sollozaba mientras la veía morirse en esta habitación de este horrible hospital.

-Salga señorita, por favor-Exclamó el doctor una vez mas, pero esta vez ingresaron a la habitación tres enfermeras.

-¡No!¡No me voy a ir, es mi mama!- Grite, pero fue inútil porque ya me habían sacado de la habitación dos enfermeras y colocaron perilla.

-¿Que paso?¿Y mama?-Las preguntas de mi hermana eran un calvario para mi.

-Tranquila Anni, ella... ella esta bien, ven vamos a sentarnos- Dije conteniendo las lagrimas que amenazaban en salir, debía ser fuerte, como hermana mayor. Las muerte de mama podría dar un giro enorme a nuestras vidas, y quiera o no debería convertirme en un simple TODO para mi hermana.

Hay muchas personas que dicen -Te entiendo- como si ellos pasaron por lo mismo que vos, pero solo las personas que lo viven pueden entenderte, pueden sentir lo que vos estas sintiendo, estos son los momentos en los que te das cuenta, quienes son verdaderamente tus amigos, y las personas que te quieren, quienes son los que de verdad están para vos, sin importar la situación.

Ahora no me preocupo por mi, me preocupo por mi hermana, ella todavía no entiende nada, y ¿será que yo le voy a poder dar todo el amor que le daba mama? creo que es obvio que no, nunca se compararía el amor de una madre con el de una hermana, pero lo intentare.

Nos sentamos en la sala de espera, el momento era muy incomodo, tenia clavado en mi cabeza como le diría a mi hermana si mama muere, como iba a reaccionar. Miro de reojo a Anna, se encuentra cabizbaja, ¿sera que entiende algo de lo que esta pasando?

Necesitaba romper ese silencio que nos inundaba a ambas, decidí ir por un café para mi y una chocolatada para ella, así que la mire y le dije que iba a la cafetería.

Entre a esa cafetería, llena de personas llorando- que horror- era un pequeño mostrador, donde se encontraba una señora sentada detrás, tuve que esperar ya que habían dos señoras delante mio...

Hice mi pedido y a los minutos me entrego la amable señora lo que había ordenado, le entregue el dinero y me retire de ese lugar.

-Señorita ¿Puedo hablar con usted?-El doctor me saco de mis cavilaciones con un toque en mi hombro derecho.

-Si por supuesto. Anni, espérame acá- Dije dejando el café y la chocolatada sobre la pequeña mesita que estaba a un lado de donde se encontraba sentada mi hermana, luego me aleje un poco con el doctor.

-Escuche, se que es difícil, su madre como ya sabe esta muy delicada de salud, y debemos desconectarla, a menos que desee que sufra mas de lo que ya lo esta haciendo- Cada palabra que salia de su boca era un mar de llanto en mi interior, como si fuera una horrible pesadilla de la cual quisiera despertar ahora mismo.

Mama sufría de una grave pulmonía, desde hace tiempo que ya la estaban atendiendo, pero simplemente, llego al punto en el que no daba mas, y el oxigeno dado por los aparatos que tenia, era lo único que la mantenía con vida.

-Hágalo- dije derramando lagrimas y con mi voz muy quebrada, ¿que puedo hacer? patalear y largarme a llorar como una loca desquiciada, seria algo raro, y lo peor para todos.

-Su madre, quiere hablar con usted antes- Asentí y luego fui donde se encontraba mi hermana.

-Ya vuelvo ¿si? espérame acá, ya te explicare todo- ella... solo asintió.

Entre a la habitación, esa habitación que nunca en mi vida olvidare, ese día en el me quitaron a mi todo, a la mujer que me dio la vida, esa que dio hasta su alma por mi, esa mujer, se me esta yendo de las manos, y yo... no puedo hacer nada.

-Hija- Su voz esta hecha pedazos al igual que yo.

-Mama- dije agachándome a su altura y dejando caer miles de lagrimas por segundo.

-No llores, yo se que estarán bien- Enredó sus dedos en mi cabello y lo acariciaba lentamente, siempre solía hacer eso cuando tenia pesadillas y no podía dormir.

-No mama, te necesito, te necesitamos ¿Que voy a hacer sin ti?- Encontramos miradas, ambas destruidas.

-Prométeme algo- Su mirada se fija en mis ojos, y yo con tantas lagrimas sin poder contenerlas.

-Lo que sea mama- dije, depositando un suave beso sobre su delicada mano, y dejando caer una lagrima en ella

-Promete cuidar a tu hermana siempre, sin importar lo que cueste, jamas la desampares, ponla sobre cualquier cosa a ella primero, confió en vos, saldrán adelante. Prométeme siempre ser amable y valiente, sin importar nada, ni con quien sea, siempre mantén la valentía y la amabilidad- Siguió.

-Te lo prometo mama- Dije, recostándome una vez mas en su pecho y abrazándola fuerte por ultima vez.

-Gracias, siempre las estaré cuidando, siempre me tendrán, pero ahora ve, yo estaré bien, Las amo- Dejo un beso en mi cabeza y me abrazo fuerte una vez mas.

-Te amo mama, te amo- Finalmente me retire de esa habitación, dejando ir a la persona mas importante que tengo. Salí hecha pedazos, sin noción del mundo, de lo que pasaba a mi alrededor, ahora lo único que debo hacer, es decírselo a Anna...
















|BESTIA|-ABRAHAM MATEOWhere stories live. Discover now