GHOST ▪︎ [YiZhan]

09

Ambos se miraron entre sí intentando buscar algo en la mirada del otro, tal vez alguna respuesta.

— El catorce de febrero es San Valentín, el día del amor y la amistad.

Formando una pequeña "o" con sus labios, asintió.

— Tenga, se sentirá mejor luego de tomarlo — habló Zhan entregándole un pastilla y un vaso de agua.

— Gracias — dijo tomando el medicamento.

— Bien, entonces. Creo que será mejor que vaya a la empresa — iba a levantarse de la cama del mayor, pero este habló.

— ¿Puede quedarse?

— Pero en la empresa-

— Por hoy... ¿Podría no preocuparse por la empresa y solo, hacerme compañía?

El pelinegro se sorprendió al ver el suplicante y tierno brillo en los ojos del contrario. Sintió su corazón acelerarse, pero rápidamente bloqueó lo que sea que estaba sintiendo en ese momento para prestar atención al mayor.

Asintió. Se levantó de dónde estaba y rodeo la gran cama para sentarse al otro lado.

— Está casa es demasiado grande, vacía y silenciosa.

— ¿Por qué no solo se cambia a un departamento más pequeño que se adapte a usted? — Yibo negó.

— El problema es que... No puedo alejarme de ella. Lo intenté, pero no funcionó, y terminé volviendo aquí solo.

— Ya veo... Debe ser muy especial como para querer volver.

— Solo... Guarda muchos buenos recuerdos...

Al escuchar como el tono de voz del mayor disminuía conforme avanzaba, giró su cabeza hacia su dirección, solo para ver cómo este yacía dormido. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro y suspiró ligero. Se estiró para llegar al mayor y, tomó las sábanas para cubrirlo mejor.
Se dejó caer en el suave colchón y de nuevo, un suspiro soltó.
Su vista se quedó fija en el techo, y cerró sus ojos un momento.

"Si se llegan a enterar de esto en la oficina, oficial y definitivamente estaré en la boca de todo el mundo" rió bajo ante su propio pensamiento.

Pero era verdad, los demás qué no darían por encontrarse en la situación en la que él se encontraba en ese momento.

En realidad , Xiao Zhan no supo en qué momento, la suavidad la cama, la suave fragancia florar de las sábanas, y el silencio y tranquilidad de la habitación, lograron sumirlo en un agradable y reparador sueño. El cual fue interrumpido por los débiles gruñidos y pequeños movimientos que sentía a su lado. Era una persona de sueño ligero, así que no le tomó mucho tiempo despertar.
Al abrir sus ojos y voltear su cabeza, sus ojos se abrieron como platos al ver al castaño empapado en sudor mientras temblaba ligeramente. Rápidamente se acercó al mayor y colocó su mano en la frente ajena.

— Dios... Está ardiendo en fiebre — susurró mientras sus manos se posaban en el rostro del castaño.

Se bajó de la cama y entró al baño para comenzar a buscar cosas, más bien, toallas pequeñas y algún recipiente para el agua. Unos momentos después, salía de la habitación de baño con lo que quería en sus manos.
Dejó el recipiente con agua sobre la mesita de noche y humedeció la toalla para luego colocarla en la frente del mayor. Tomó la otra toalla pequeña y de la misma manera, la humedeció, pero con esta, comenzó a limpiar el sudor del cuerpo ajeno.

"Ambos son hombres Zhan... ¿Qué tiene él que no tengas tú? Aparte ya lo habías visto sin camisa" pensaba mientras hacia su labor de limpiar el sudor.