La Vida Como un Espíritu 1. El Resurgir De La Magia

Prologo: Sacrificio

   "Siempre dicen que la historia de cada persona llega a su fin cuando esta muere. ¿Pero, es en realidad el verdadero final?"

   "Pues yo tengo una historia que contarles con respecto a esto, una que es tan poco creíble, una fantasía hecha realidad, muchos tienen teorías sobre la magia. Que es cosa de otro mundo, que es algo que se extinguió con el tiempo, que existe pero ha de permanecer oculta para simples mortales como lo son los humanos, tal vez se pregunten por que digo los humanos como si no fuera uno, pues es algo que sabrán más adelante. Volviendo a lo que decía pues todas tienen algo de verdad, lo que le corresponde a usted es creer en la que quieran. Sin más es hora de que se alcé el gran telón a este escenario, que les revelará una verdad la cual hará explotar vuestras mentes, bienvenidos al nacimiento de una historia que inició con un sacrificio, violando las líneas del tiempo sin reparos."

   En una noche nevada con una luna brillante bañando con su tierna luz la ciudad y sus calles, suena la sirena de una ambulancia qué al ser escuchada, las personas han de temer que la 'Parca' ronda por las calles con su gran guadaña reclamando como suyas, las almas liberadas de sus irreparables recipientes. Esta noche, ocurre un trágico incidente, donde dos almas intercambiaron sus destinos, una vive otra perece, mientras que el carmesí tiñe la nieve en las calles, acompañado por el claxon de un auto y el llanto de una niña que clamaba por la vida de su salvador que se extinguía igual que la flama de un mechero.

   Media hora antes en la casa de los Filen. Toda la familia se encuentra reunida en la sala, viendo los diversos programas navideños por dicha celebración, todos sonreían y disfrutaban hasta que la desgracia llamo a las puertas de su hogar. Suena el timbre, con el hermoso sonar de las campanillas de viento, el mayor de los dos hermanos, un joven adolescente con casi dieciocho años se levanta de su asiento y se dirige a la puerta abriendo está con total fluidez sin la más mínima pausa, como si de un mecanismo de relojería se tratara, al abrir se encuentra con un rostro conocido, este era el de su amigo y compañero de clases, Cris.

   "¡¿Reiji, por qué demonios no respondes al móvil?!"

   Reclamaba agitado y exaltado sin casi tener suficiente oxígeno para hablar.

   "Calma, por lo menos saluda primero antes de regañarme; mi móvil lo puse en silencio, así nadie podria interrumpir esta noche en familia..."

   Completamente relajado sin preguntarse por el estado de su compañero trata de responder para ser interrumpido.

   "¡No hay tiempo para estupideces, Lara está en el hospital!"

   Con voz ahogada y aun agitado le grita.

   "¿Qué le paso?"

   Pregunta mientras la preocupación va tomando posesión de su rostro.

   "Su madre me llamo, para decirme que ella... fue empujada por las escaleras de su casa, al sorprender a un prófugo colado en esta."

   Sin demora el chico rubio le responde con voz apenas audible.

   Alarmado, sin decir nada, sale corriendo igual que un alma a la que persigue el diablo, mientras que en su mente solo palpita el temor por su amiga de la infancia quien se encuentra en peligro. Después de haber recorrido tres calles a gran velocidad, vio frente a él en medio de la calle a una niña vestida con un abrigo rojo jugando en la nieve, pero la desgracia se acercaba a cumplir con otras de las travesuras que se propone él destino, un auto fuera de control se aproximaba sin señales de detenerse. El joven Reiji sin ni siquiera detenerse a pensar, salta y empuja a la niña sacándola de la trayectoria del auto, pero para cuando se percató de las consecuencias era tarde, él termina por ocupar el lugar de aquella inocente chiquilla. Mientras, aún suspendido en el aire los faros del auto destellan sus ojos revelando un azul tan profundo como el océano.

   "(Así que esto es lo que experimentan las personas cuando la muerte está frente a ellos.)"

   Debido a la adrenalina el tiempo pasa lento para él y en un parpadeo lo siguiente que siente el desafortunado, fue la gran y pesada carrocería de acero embistiendo su cuerpo mientras sus ruedas aplastaban y destrozaban sus huesos. Mientras su conciencia se desvanecía escucha la voz de la niña que grita bañada en lágrimas. Negándose a morir extiende su mano como si tratara de tocar la luna.

   "(¿Hasta aquí es donde he llegado? Pues no me quejo estoy satisfecho, aunque me hubiera gustado disfrutar un poco más de esta vida, crear más recuerdos inolvidables junto a mi hermano tal vez no sea de sangre, pero si del alma. Vida, lo único que te pido es que sean felices y que mi partida no los detenga, es lo último que te pido no necesito nada más al fin estoy en paz después de todo.)"

   Sabiendo que su cuerpo no podría resistir más decide dejar de luchar en contra de lo inevitable y se deja tragar por la oscuridad de la noche con el brillo de la luna que contempla su último aliento con lagrimas congeladas que comenzaba a adornar aquel cascaron ahora vacío.

   "Solo puedo decir pobre ingenuo, que creyó que hasta ahí llegaría, que la paz lo abrazaría por la eternidad después de un turbulento pasado, pues la vida y la luna le aguardaban una gran sorpresa, un presente que no podría rechazar aunque quisiera, solo le quedaba el disfrutarlo y apreciarlo en todo su esplendor.