𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐈𝐄𝐓𝐇!

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PEPPER ESCUCHO el caer de metales de forma estrepitosa en una de las habitaciones donde su pareja pasaba la mitad de su día y noche sin descanso

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PEPPER ESCUCHO el caer de metales de forma estrepitosa en una de las habitaciones donde su pareja pasaba la mitad de su día y noche sin descanso.

Morgan corrió hacia sus piernas y tuvo que levantarla del suelo para llevarla de vuelta a la sala donde la televisión sonaba de fondo.

—¿Puedes quedarte aquí cielo? — pidió tranquilamente dejándola en el sillón y acariciando su cabeza —. Iré a ver qué está haciendo tu papá.

La cabaña donde vivían estaba alejada de la ciudad, y no era tan lujosa como la Torre en donde antes habían vivido, por lo que estrépitos como aquellos podían oírse con mucha facilidad. Pepper sabía que su esposo estaba frustrado, enojado y un tanto decepcionado consigo mismo y era algo con lo que estaban lidiando.

Esto no quiere decir que las tratara mal, o que no pasara tiempo de calidad con ellas, se esforzaba por hacerlo, pero cuando la noche caía hasta el mediodía del siguiente día la mente lo traicionaba y seguía yendo a su oficina donde los restos de Nesryn seguían sobre la mesa de metal sin funcionamiento alguno.

No se molestó en tocar la puerta y cruzo el umbral de la oficina encontrándose con cables esparcidos por el suelo además de herramientas y las pantallas completamente encendidas.

Tony estaba en una esquina del lugar con la vista fija en el cuerpo de Nesryn con la espalda encorvada y las manos acunando su barbilla. Pepper también deseaba todos los días que simplemente se levantase de ahí y corriera hacia ellos como usualmente solía hacer por las mañanas, pero habían pasado más de cinco años y día con día aquel sueño solo se alejaba de sus posibilidades.

— ¿Sabes que soy considerado un genio? — dijo Tony con un tono de voz moderado —. He inventado una armadura que me ayuda a pelear contra extraterrestres, terroristas y experimentos mal creados — prosiguió diciendo y se puso de pie con lentitud aún con Pepper cerca de la puerta, ni siquiera llevaba sus lentes porque estos habían terminado de forma extraña totalmente estrellados contra la ventana —. Y aun así... ¡No puedo repararla! ¡No puedo!

— Tony...
—¿No lo ves? — soltó el acercándose a la mesa de metal —. No quiero aceptar la verdad que se me presenta. Solo mira lo que tenemos aquí... — explicó con un tono de voz más oscuro que sin duda preocupó a Pepper —. No es más que metal, cables y una maldita ciencia extraterrestre... y, aun así — hizo una pausa y tomó un respiro —... no puedo dejarla ir todavía.

El corazón de Pepper no hizo más que lastimarse un poco más pues tanto ella como Tony habían dejado de ver una posibilidad de reparar el cuerpo de Nesryn, y aunque se recuperara su cuerpo ni siquiera había una oportunidad de recuperar lo que era su mente, ninguna memoria que guardase todo lo que ella sabía.

Una tecnología totalmente nueva que no alcanzaban a comprender por más de años de estudios, pero seguir con su vida como si nada se sentía incompleto cuando tenían su cuerpo en una de las habitaciones.

©𝐄 𝐓 𝐄 𝐑 𝐍 𝐀  𝐒 𝖙𝖆𝖗𝕶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora