Con sumo cuidado giró el picaporte, intentando hacer el mínimo ruido posible, arrastró sus pies y cerró tras si. Sonrió cuando notó que por fin pudo hacer algo por su cuenta. Se miró en el espejo y quiso llorar: su rostro estaba pálido, unas bolsas violetas adornaban la zona baja de sus ojos, sus mejillas estaban absorbidas seña de que había perdido peso, su cabello estaba enmarañado y una pequeña cicatriz adornaba su labio. Sus ojos se llenaron lagrimas cuando no se reconoció, permitiéndose nuevamente llorar.

Lloraba porque no era ella, lloraba porque tendria que dejar su casa, lloraba porque su buen amor no queria regresar, lloraba porque todo había sido en vano, lloraba porque necesitaba hacerlo.

Fue al inodoro con el fin de hacer sus necesidades, pensando si debía o no tomar una ducha sola. Al final se desvistió para volver hacia el espejo: su cuerpo estaba lleno de moretones, vendas, marcas, cicatrices, Daisy no era Daisy.

Caminó hacia la ducha, abrió el agua caliente y se metió sin pensarlo, al comienzo quemó demasiado y se quejó por ello pero terminó acostumbrándose. Limpió su cuerpo, sus heridas, su cabello, para luego sentarse en el suelo y dejar que el agua la llenara o tal vez abrazara, algún poder curativo debía tener porque automáticamente se relajó, olvidando que ella no era ella y viajando a recuerdos que existieron y escenarios que tal vez no sucederian.

Unos golpes en la puerta la sacaron de su sueño vívido, asustandose logrando salpicar hacia el suelo.

-Ocupado - habló con su voz media ronca-.

-¿Está todo bien? - La voz del adolescente causó nuevamente un pinchazo en su pecho-.

-Si - musitó con la mirada en la puerta, rogando que la abriese y pudiese ver sus ojos, pero aquello no pasó por el contrario, los pasos dieron la señal que el se habia ido nuevamente -.

Volvió a llorar, solo un momento, hasta que el agua se enfrió obligándola a salir. Tomó una bata para secar su cuerpo, se colocó su crema de frambuesa y su perfume de vainilla para volver a envolverse en la bata, abandonando el baño. Abrió la puerta con una minima esperanza, esperanza que fue nuevamente pisoteada.

Sin llamar mucho la atención caminó hacia la habitacion, preguntandose internamente qué sucedería si la abandonase. Sentía que el baño le habia dado fuerzas así que tal vez no estaba tan mal que saliese un rato a caminar por su casa, después de todo estaba sola.

Cuando entró a la habitación se quedó estática, allí en su cama ahora armada se encontraba Eddie, perfumando las sábanas, en la mesa de luz yacía un té de canela con unos waffles. Abrió su boca pero nada salió de allí, y por el otro lado, no habia notado la intensa mirada.

Eddie se sentia culpable, la culpa lo carcomia tanto que creía que el alejarse y tomar otro camino. Aunque al mismo tiempo se retractaba, Dios, como se arrepentia de sus decisiones impulsivas.

Cada noche cuando ya todos dormian menos él, caminaba hacia la habitación de la rubia. Se quedaba ahí mirando el picaporte, intentando tomar coraje y aunque sea verla dormir. Se preguntaba si tal vez apareciera alguna mañana o tarde o noche si ella lo mandaría a la mierda o si lo seguiría queriendo, si confiaría en él. Solo tenía diecisiete, no sabía una mierda de la vida pero sabía algo: la extrañaba demasiado. Seguramente la peor cosa que había hecho era abandonarla pero estaba acostumbrado a correr, a huir.

Pero nunca lo hacía, nunca entraba, no subía cuando sabía que ella estaba despierta, no hablaba de ella, ignoraba los sonidos que hacia. Hasta aquella tercer semana, donde se tomó el atrevimiento de ordenar su habitación, subirle un té mientras ella se bañaba para luego salir corriendo pretendiendo que nada había ocurrido.

Siempre pensaba cómo hubiesen sido las cosas si todo hubiese sido distinto. Si tal vez hubiesr tomado otro camino, si hubiese dicho que no a Chrissy. Se imaginaba en distintos lugares con Daisy, oyendo su risa, bailando, ella entre el público en sus conciertos, ella pasando una tarde en el hellfire,ella sonriendo, ella besándolo, ella siendo de él. Lo único que pensaba era en ella.

"Lo peor que hice, fue lo que te hice a tí
Pero si fuera a tu fiesta, ¿me dejarías entrar? ¿me querrías? ¿me dirías que me vaya a la mierda? ¿o me llevarías al jardin?
En el jardín, ¿confiarías en mi?"

Pero sabía que no sería así porque al fin y al cabo, habia hecho lo mismo que su padre: alejarse sin dejar rastro. Era como un fantasma viviendo con ella.

Volteó para salir de la habitación cuando la vio de pie ahí, pálida y sin un gramo de felicidad. Era como si su Daisy hubiese muerto en el upside down y él quiso morir, porque su Daisy se había sacrificado por él y él estaba pagándole con abandono.

Solo la miró, estático, asustado sin que su cuerpo respondiese por él. Su mente le reprochaba lo cruel que era, mientras que su corazón le rogaba permanecer ahí con ella y su cuerpo era un ente.

-Hola - habló ella, sus ojos estaban hinchados en seña de llanto pero cuando conectaron sus miradas volvieron a tener aquel brillo que él amaba tanto -.

-Hola - le respondió sintiendo tantas emociones -.

Ella dió dos pasos hacia el interior, mientras que él retrocedió uno logrando que la rubia se quedara quieta.

-Voy a dejar que te cambies - era la excusa perfecta para huir -.

-¿Volveras? -sonaba como una niña asustada, asustada del mundo cruel y enorme que la habia devorado una vez-.

Pero él no le respondió, solo salió de ahí esquivandola completamente.

Pero él no le respondió, solo salió de ahí esquivandola completamente

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Holi, queda 1 o 2 capítulos para que "Daisy Daisy " llegue a su fin.

En mi perfil está publicada "Angel Eyes", por si quieren pasarse.

Espero que tengan una linda noche, TPWK 🤍

DAISY DAISY ~ Eddie Munson Where stories live. Discover now