La conciencia de Yoongi volvió a parpadear. Después de años de entrenamiento de la Fuerza Aérea y de los astronautas, no hubo un período entre el sueño y la cognición completa. Inmediatamente se apoderó de sus recuerdos del día anterior; el naufragio, siendo succionado al espacio, a la deriva en las estrellas, el extraterrestre...
El ALIEN
Jadeó y se sentó erguido para mirar a su alrededor. Estaba en una habitación extraña. El techo era alto y arqueado. Una ventana grande mostraba una vista impresionante de las estrellas, por lo que supo que todavía estaba en el barco. Pero si no hubiera sido por eso, podría haber pensado que estaba en una cueva. Estaba oscuro, la única luz provenía de la piedra que lo rodeaba, y casi parecía al pulso. Mientras que en la habitación en la que había estado antes de que todo hubiera sido pulido y tallado, las rocas que formaban las paredes y los techos de esta habitación parecían haber quedado sin terminar. Sobre él colgaban estalactitas siniestras.
Yoongi escuchó con atención. Solo hubo silencio. Estaba tan acostumbrado a los sonidos de su barco; el zumbido mecánico, el zumbido del motor, los pitidos de las computadoras y el software de navegación, que el silencio pacífico era desconcertante.
Él estaba solo.
Seguía desnudo.
La superficie sobre la que estaba acostado era suave, pero cálida al tacto. Casi orgánico. No había mantas, ni telas de ningún tipo, no había forma de forzar su desnudez. Yoongi apretó sus piernas y se estremeció.
No era frío, solo sagrado y terriblemente vulnerable. Pero si el extraterrestre hubiera querido matarlo o comérselo, ya lo habría hecho, así que, para lo que fuera que lo quisiera, lo necesitaba vivo.
La idea apenas resultaba reconfortante.
La escena de una vieja película de terror donde un extraterrestre pupa dentro del pecho de un hombre y luego explotó a través de su caja torácica pasó por la mente de Yoongi y se estremeció.
Una voz fuerte retumbó como si viniera del interior de su propia cabeza, -No es así como nos reproducimos. Dar a luz a mis crías no te hará daño de ninguna manera.
Yoongi jadeó de frío y su cabeza se levantó bruscamente mientras sus ojos se esforzaban por ver en la tenue luz. Las luces le parecieron brillar un poco más cuando un hombre entró en el centro de la habitación; un hombre muy grande... muy desnudo ... y MUY guapo. Era alto, lleno de músculos, sus rasgos cincelados y varoniles a la perfección. Yoongi se sonrojó.
-Me alegro que encuentre esta forma más agradable.
Tenía una voz profunda, casi tranquilizadora, pero los labios del hombre no coincidían con su discurso. Era como si las palabras vinieran de algún otro lugar y la boca del hombre que vio frente a él estuviera siendo controlada por un titiritero que no estaba muy seguro de cómo se suponía que debían ser las palabras.
La voz de Yoongi tembló mientras hablaba, —¿Quién eres tú?
—No podrías pronunciar mi nombre real, por ahora puedes llamarme Taehyung.
Los ojos del hombre se enfocaron intensamente en su boca cuando el chico habló y su boca hizo un trabajo un poco mejor formando las palabras, pero Yoongi sabía que en realidad no las estaba diciendo. Los estaba pensando y de alguna manera, Yoongi estaba escuchando sus pensamientos. Inconscientemente, sus dedos buscaron sus oídos aunque sabía que no eran la fuente del sonido.
-Es tu collar. Te permite escuchar mis pensamientos como yo puedo escuchar los tuyos.
Se tocó la garganta, sorprendido de encontrar una banda fina y suave alrededor de su cuello. Sus uñas arañaron contra él, pero no hubo respuesta en absoluto. No podía meterse debajo y, sin embargo, no se sentía restrictivo en absoluto. Casi se sentía como parte de su piel ...
