Chasing Cars

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VEINTE MILLAS

Autora: Clumsykitty

Fandom: Marvel/AU

Parejas: Thorki de principio (sí, terminará en otra cosa).

Derechos: a no ser olvidada.

Advertencias: esta historia es agridulce que inicia con el Thorki y terminará con otras parejas, no comencemos con otras cosas que no vienen al caso. Es un AU sin poderes, solamente mucho angst y drama de por medio. Una historia de encargo.

Gracias por leerme.


*****


CHASING CARS.

I have loved you for many years
Maybe I am just not enough
You've made me realize my deepest fear
By lying and tearing us up

You say I'm crazy
'Cause you don't think I know what you've done
But when you call me baby
I know I'm not the only one

I'm not the only one, Sam Smith.



Lhoki siempre se había jactado de ser alguien con una astucia por encima de la media, sus libros probaban algo de ello pues eran observaciones que había hecho durante toda su vida y que había recopilado en pequeñas libretas de donde sacó el material para crear esos betsellers por los cuales luego fuera conocido. Sin embargo, nunca pudo con lo que pasaba con la mente de Donald, como si hubiera una suerte de muro alrededor de su persona que le impedía reconocer sus dolores, alegrías o angustias justo cuando sucedían y no cuando este se las compartía. Había odiado eso desde el inicio de su relación si bien al rubio se le hizo de lo más hilarante, divertido con ello.

—Es que soy especial para ti, por eso.

Esa era una de las razones para dedicarse en cuerpo y alma a su matrimonio, puesto que si no podía leer a su esposo a su debido tiempo para ayudarlo en lo que fuera, al menos siempre tendría en él alguien leal y servicial para apoyarse en los momentos más difíciles, en sus triunfos o enfermedades. Justo como sus votos. ¿Había perdido algo de él durante ese transcurso de tiempo siendo la pareja ideal de Donald Blake? Esa pregunta a veces no lo dejaba dormir por las noches, mirando el rostro relajado de su pareja a su lado, como un niño inocente que nada sabe de la maldad del mundo. Así era de hecho el corazón de ese fortachón de risotadas alegres cada vez menos frecuentes en su presencia.

Era posible que hubiera cambiado y no de forma positiva con tal de ser un buen esposo, un buen escritor de novelas baratas -no tenía problema en aceptar que lo eran, no estaba escribiendo para el Premio Nobel- y por lo que estaba llegando al punto de quiebre tanto en su relación como en sus libros. Si su padre lo observara, probablemente se burlaría por ser un débil dependiente, a Lhoki eso lo enojó porque nada sabía de lo hermosa que había sido su relación con Donald hasta que la rutina y la costumbre se coló en sus vidas como un asesino silencioso.

Si algo tenía que reverenciar en el rubio era que jamás en todo ese tiempo le había alzado la voz, ni en la más acalorada de las discusiones, Donald le gritó o enfureció de tal forma que lo lastimara. Lhoki si fue más pasional al respecto, nunca llegando a la violencia física ni tampoco era que explotara todo el tiempo, solo en contadas ocasiones, las últimas porque deseaba algo de su esposo, un reclamo, una falta que justificara por qué eran como perfectos extraños en la cena sin nada más que decirse que cumplidos forzados igual que sus besos

Veinte millasWhere stories live. Discover now