Después de haber ido a comprar unas cuantas cosas a una tienda cercana, Heejin me dijo que estaba cansada porque las pesadillas del día anterior la habían privado de sueño y la habían mantenido despierta y ansiosa gran parte de la madrugada. Como yo también me sentía cansado últimamente por la falta de sueño, sugerí ir a recostarnos contra un árbol, en el pastito. Era cómodo, lo sabíamos porque habíamos ido ahí antes a observar el cielo, esta vez sería para descansar.

El plan de solo descansar no salió muy bien porque como Heejin estaba tan cansada, terminó rindiéndose ante la fatiga, se acomodó para dormir tranquilamente sobre mi pecho. No me molestaba, no era la primera vez que pasaba, pero de alguna forma ahora se sentía diferente, más como una tarea que debía cumplir como novio.

Mientras Heejin dormía sobre mí, yo peinaba sus cabellos distraídamente mientras miraba el frente. El clima era bueno, y felizmente el lugar estaba casi vacío a excepción de unos niños que jugaban con sus padres. No obstante, incluso si todo a mi alrededor era calma, yo tenía que disentir. Los momentos que se supone debían ser bellos, no podían serlo porque me faltaba esa pieza que todavía extrañaba y pensaba todo el tiempo.

Estaba jodido.

¿Se supone que así sería mi vida de ahí en adelante? ¿Yo manteniendo ese maldito vacío imposible de llenar? ¿Por qué no podía seguir con mi vida cómo quería?

Mis ojos se llenaron de lágrimas. Claramente había un problema conmigo.

Repentinamente sentí un movimiento brusco proviniente de mi pecho, un golpe. Parpadeé dos veces desconcertado y entonces Heejin se sentó y empezó a empujarme y golpearme el pecho, como intentando zafarse de mí, como si quisiera escapar desesperada.

--¡Sueltame! ¡Sueltame! --lloró.

Había tenido otra pesadilla.

--¡Heejin! --La sostuve de las muñecas y gritó, los demás presentes observando la escena que ella estaba creando --¡Heejin basta!

--¡No me toques! ¡No me hagas daño, no!

La inmovilicé en un abrazo hasta que dejó de removerse.

--Heejin ya pasó, ya acabó, aquí estoy. ¡Aquí estoy!

Los movimientos se detuvieron abruptamente. Dos segundos después escuché un sollozo por su parte y luego sentí a sus brazos rodearme el cuello en un abrazo. Empezó a llorar en mi hombro.

--Binnie, Binnie, Binnie --repitió mi nombre como si fuera un mantra, como si eso le diera seguridad. Me abrazó con más fuerza.

Afirmé el agarre en su espalda y di caricias tranquilizadoras. Quería que su dolor terminara.

--Ya pasó, ¿sí? --calmé con voz dulce --, aquí estoy, nadie va a hacerte daño.

--L-Lo siento, oppa.

--Fue una pesadilla de nuevo, ¿verdad?

Asintió sobre mi hombro.

--Se van a detener --dije confiado. Por alguna razón molesto al ver como las ramas de los árboles eran movidas con agresividad por el viento --. Te lo prometo.

 Te lo prometo

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YUANFEN [Yeonbin/Soojun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora