Robin, nosotros...

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Steve se sentía tan bondadoso ese dia que invitó a sus niños junto a Robin y Eddie a cenar en su casa. El grupete de mocosos se notaban un tanto sorprendidos por aquella propuesta, pero aceptaron sin dudarlo.

- ¿Crees que esté bien?- le preguntó Will a Dustin, refiriéndose a Steve.

- No lo sé... Últimamente estuvo bastante raro.- contestó, sin despegar la vista del mayor quien se dirigía a su auto.

- Enamorado.

Will y Dustin miraron a Once, quien apareció de la nada.

- ¿Enamorado? ¿De Nancy otra vez?

- No. Anoche Max me invitó a dormir en su casa y jugamos a espiar a las personas. Tocó Steve, y estaba acostado en su cama con la chaqueta de Eddie murmurando muchas cosas sobre él.

- Once, habíamos dicho que estaba prohibido espiar.- reclamó Dustin. Once sonrió cómplice y se fue al instante.

Ambos amigos se miraron.

- Yo sabía que Eddie no había perdido su chaqueta.

- ¿Enserio crees que Steve esté enamorado de Eddie?- preguntó Will, sin recibir respuesta ya que Dustin desapareció de su vista. Se quedó sólo, afuera, hasta que recordó a alguien.- Mike.- y se largó.

Las horas habían pasado y la cena también. Charlas y anectodas graciosas por parte de los chicos las cuales Once se sorprendía porque no sabía nada sobre ellas. Una hora antes de irse miraron una película; Lucas era el que más miedo tenía, y la pobre de Max tuvo que soportar sus gritos agudos en su oído. Robin miraba atenta a la pantalla, pero cada tanto su vista se posaba en Steve y veía que él estaba concentrado en Eddie quien estaba sentado en el suelo junto a Dustin. Se perdía tanto en él, que a Robin le pareció un tanto adorable.

Una vez que ya se hizo demasiado tarde, Steve decidió llevarlos a sus hogares. Al rato, ya estaba en su casa, viendo como Eddie y Robin ordenaban el desastre de la sala.

- Steve, ¿donde dejo las sábanas?- preguntó la chica, con las sábanas y frazadas dobladas entre sus brazos.

- Arriba, en mi cuarto.

Robin asintió y se fue a su destino. Ambos chicos quedaron solos.

Eddie se había ido a la cocina acompañado por Steve para dejar los platos y vasos, mientras que el mayor guardaba las botellas de gaseosa.

- Fue muy lindo de tu parte invitar a los niños para distraerlos después de lo que pasó con Vecna, más que nada por Max. Últimamente la veo mejor, y encima me enteré que el viernes pasado fue al cine con Lucas.- comentaba el de pelo largo, mientras limpiaba la mesa.

- Me contó que volvieron, otra vez. Ahora lo único que espero es que no terminen... otra vez.

Eddie sonrió.

El ambiente estaba tranquilo, el silencio no era incómodo. La mente de Steve estaba dando mil y un vueltas, pensando que hacer con sus sentimientos encontrado a hacia Eddie. No sabía si decírselos allí mismo, era la oportunidad perfecta ya que se encontraban solos; pero a la vez no quería decirle nada, tenía un poco de... ¿miedo? no cree, Eddie estos últimos días estuvo actuando de forma rara y coqueta a la vez cuando estaban juntos.  Sólo..., no tenía la valentía para poder decirle que le gustaba demasiado.

El mayor tiró un largo suspiro. Robin por alguna razón se estaba tardando en volver.

- Eddie...- rompió aquel silencio, ya listo mentalmente para poder decírselo.

- Steve.- el más bajo lo miró a los ojos mientras se acercaba un poco más hacia él.

- Eddie, mira, yo...- fue interrumpido.

- Steve, mejor pasemos a la parte del beso porque no aguanto. Luego me dices lo mucho que gustas de mi y lo demás, ¿si?- Eddie lo tomó de los hombros, acercándose más al cuerpo del mayor.

- Pero...- Steve se quedó un tanto sorprendido y denso en su lugar.

- Steve, hasta los niños lo saben.

El castaño asintió lentamente, dándose cuenta que no sabe disimular para nada.

Steve miró los redondos y bonitos ojos de Eddie, para luego tomarlo de la cintura y girarlo. Lo sentó en la mesada detrás suyo y al segundo comenzó a besarlo con intensidad. Esa tensión que se estuvieron guardando hace mucho porfin pudo ser liberada con ese apasionado beso. Las manos de Steve apretaban la cadera del menor, el beso tan alterado prendió el calor del momento y a ambos se les pasó por la cabeza la idea de ir más allá.

Un golpe en la mesa hizo que se separan al instante.

- Primero me despido y después siguen con lo suyo, ¿si?- dijo Robin, cruzada de brazos y tratando de ocultar su sonrisa. Estaba contenta porque al fin aquellos dos bobos que tenía como amigos se besaron.

- Robin, nosotros... ¿Te acompaño afuera?- Dijo Steve nervioso, mientras que Eddie sólo sonreía con la mirada perdida. La chica asintió, se despidió de Eddie y luego ambos salieron afuera.

- ¿En qué vas?

- Mi madre, ahí está.- señaló el auto, y una mujer encantadora saludó a Steve. Este le devolvió el saludo.- Te felicito, Steve. Ahora, si le haces daño vas a despertar sin tus dos huevos.- dijo amenazante, para luego sonreír e irse hasta el auto.

SteddieWhere stories live. Discover now