EXTRA.

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Feliz Navidad.

Etter.

Es la primera navidad de los gemelos y tanto Elon como yo hemos decidido consentirlos de manera exagerada.

Serán nuestras primeras celebraciones decembrinas con ellos. Elon los viste mientras que yo preparo las pañaleras de ambos para subirlas al auto. Necesitamos ir a comprar varias cosas, pero mi amada esposa aun no quiere dejarlos con una niñera, si soy sincero ahora mismo tampoco lo deseo. Y me gusta de esta manera, ser algo egoísta con mis bebés aunque muchos digan que los estamos malcriando y sobreprotegiendo, no me interesa.

Quiero hacer cada recuerdo y momento familiar algo inolvidable, algo único y hermoso para ellos. Porque así es él amor que siento por su madre y que ahora se extiende a mis hijos.

Guardo en la pañalera los biberones, pañales, algunos paños de tela, chupetes y el resto de las cosas que cualquiera de los gemelos podrían necesitar, incluso empaco los rasca encías y las pequeñas maracas que mande a diseñar para ellos. Ambas portan luces y una pequeña caja de música por dentro que las hace más entretenidas.

Pensar que cuando nacieron los gemelos éramos un caos, pero hace ya un par de meses que hemos empezado a organizarnos o al menos eso intentamos. Debo admitir que el leer tanto sobre el embarazo y los bebé también me ha ayudado mucho.

Hoy debo ir a retirar a la joyería las cadenas con dijes que encargue para los bebés, ambos tienen una E de oro junto a la figura de un animal.  

Elon siempre compara a Evan con un león y no sólo por su melena amarilla sino también porque a pesar de ser un bebé aún, no pasa desapercibido, es entrar con Evan a una habitación llena de personas y las miradas caerán sobre ese pequeño ángel rubio de ojos azules.

En mi caso, suelo comparar a Evelyn con una pantera por su cabellera azabache y sus ojos tan azules que no dejan de resaltar como dos perlas en su rostro redondo, además de ser silenciosa y muy hábil para planear cada una de sus pequeñas travesuras de bebé. Ella no necesita pedir algo con insistencia, así como con su madre voy hasta él fin del mundo por ver la sonrisa feliz en el rostro de mi princesita.

—Estamos listos. —anuncia Elon desde el piso de arriba.

—Dame un segundo amor, ya te ayudo.

Guardo las cosas en el auto y luego regreso a la casa para subir a nuestra habitación y ayudarla a cargar a uno de los gemelos.

Aunque mande a hacerles una habitación conjunta, Elon insistió en colocar una cama para nosotros allí en caso de que queramos estar con ellos. No puedo quejarme, a veces cuando queremos estar solos los dejamos descansar y los monitoreamos desde nuestra habitación, pero en otras ocasiones anhelamos dormir con sus aromas de bebés en medio de ambos y lo disfrutamos de igual manera. Tengo pensado mandar a hacer dos diferentes habitaciones que debemos remodelar pronto y que usarán cuando tengan algo más de edad.

Evan vestido con un pequeño conjunto de diseñador de mono y suéter de color azul, junto a su gorrito de invierno que tiene una E, estira sus brazos hacia mi desde la cama en cuanto entro al dormitorio, no dudo en cargarlo, mi pequeño hijo ama halar mi cabello. Aunque siempre he sido algo maníaco con mi imagen y pulcritud, sobre todo con mi cabello que suelo dejar relativamente largo, todo eso se fue en cuanto me volví padre. Evan suele despeinarme y a veces hasta me da dolor de cabeza por lo fuerte que tira de las hebras en ella, aún así disfruto y me río de cada tiro que da, de como aprieta su manita con fuerza e intenta meter el cabello a su boca pero debido a que no puede, suele intentar hacer lo mismo con mis corbatas. Ya no me sorprende cuando las llena de baba y debo cambiarlas, la Víbora solo se burla de mí por ello.

IMPERIO DE TITANES [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora