13. 𝑀𝒶𝓁𝒹𝒾𝓉𝑜 𝓈𝒶𝒷𝑜𝓇 𝒶 𝒸𝑒𝓇𝑒𝓏𝒶

Comenzar desde el principio
                                    

Lenna me da una mirada de advertencia y yo le sonrío irónicamente a la provocativa morena de pelo largo que viene directamente hacia nosotros. La temporada pasada, en cuanto se enteró de que mi ex y yo lo habíamos dejado, le faltó tiempo para pegarse a mi en un par de eventos e insinuarse con todo descaro. Estaba tan mal y tan destrozado, que no me lo pensé y me acosté con ella después de una carrera.

Audrey trabaja en DAZN de Community Manager o algo así. Y desde que nos acostamos, no me deja en paz. Le dejé muy claro que sólo la quería para un polvo, y nada más, pero se ve que no se da por aludida.

- ¡Carlos! ¡Por fin! ¡Qué ganas de que empiecen a rodar las ruedas! -Audrey viene hacia mi dándome dos sonoros besos cerca de la boca y alzando sus tetas delante de mi cara

- Audrey, me alegro de verte -le digo con la mejor de mis sonrisas  y mintiendo como un bellaco

- ¿Y ésta quien es? ¿tu nueva novia? -me pregunta mirando a Lenna con aire despectivo. Y mi relaciones públicas, que es una cabrona, le contesta inmediatamente

- Pues no, no lo soy. Soy la que se encarga precisamente de que las aspirantes a novias, se queden precisamente en eso, en aspirantes -le contesta ella con todo el sarcasmo del mundo

- Ya decía yo, aquí el señor Sainz no aguanta a una tía de novia ni aunque le paguen, ¿verdad? -yo me quedo mirándola sin sabe que decir porque no entiendo para nada a que viene ese resentimiento hacia mi

- Anda, bonita -le dice Lenna tirando de mi brazo- dedícate a trabajar que es para lo que te pagan

Camino detrás de Lenna, cuando Audrey, me para agarrándome de mi otro brazo. Alzo una de mis cejas mirándola mientras su boca se acerca peligrosamente a mis oídos. 

- Ya sabes donde encontrarme Carlos. Estoy deseando repetir lo de la última vez. Seguro que encontramos algo más creativo que hacer

Audrey deja un beso en la parte baja de mi cuello y se va por donde ha venido. Odio que las tías hagan eso de una forma tan descarada.

- Se te ha ofrecido otra vez, ¿verdad? -me pregunta Lenna tirando de mi de vuelta al garaje

- Totalmente. Esa tía es bipolar Lenna

- Pues ten cuidado Carlos. La mayoría de las tías saben que eres soltero y están buscando precisamente que dejes de serlo, sin importarle como hacerlo.

Proceso las palabras de mi representante dándole la razón en todo lo que me ha dicho. Últimamente las tías que se me acercan, se les nota un montón a lo que van, y yo las veo venir a lo lejos.

Llegamos a la entrada del garaje y Lenna me deja argumentando que tiene muchas cosas que hacer por mi culpa. 

Muevo mi cuello de izquierda a derecha intentando rebajar un poco toda la tensión que tengo. Entro en el garaje de mi escudería. Hemos estado viendo la termodinámica del coche y excepto un pequeño arreglo en el embrague, todo lo demás está perfecto. Tengo mucha fé en este coche. En mi equipo y en ella. 

Mis labios se curvan en una sonrisa al verla de pie junto a Aless, tablet en mano. Me relamo los labios pensando en el beso. En el que me dejó peor de lo que estaba después de adueñarme de sus labios. Porque la hubiera tomado allí mismo contra la pared. Porque el deseo y las ganas por ella eran demasiado grandes. Y por suerte, o por desgracia, nos interrumpieron y esa fue la última vez que la vi hasta hoy.

Valeria se fue a Maranello, a la Fábrica. Requerían su presencia para los últimos ajustes en mi coche, el que voy a usar mañana. El que ella misma ha escoltado hasta aquí, y se ha encargado personalmente de comprobar una y otra vez. Casi una semana sin verla. Una semana en la que me lo preguntado todo y no me he respondido nada. Necesito saber si esta sensación que tengo con Valeria, si esto que me pasa con ella, se me calmara una vez que la haga mía.

55LOVE (Runner 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora