- Valeria me estaba contando cual es su comida favorita -sigue diciendo Carlos manteniendo la sonrisa- si la italiana... o la española.
Puto Carlos Sainz. Me está provocando y me está poniendo más nerviosa, mientras él ni se inmuta. Le hago una mueca con mi boca dispuesta a contestarle. Elijo cuidadosamente mis palabras, sin abandonar en ningún momento mi mirada de sus ojos.
- Pues depende del día, Carlitos. De como sea el restaurante y de lo bueno que sea el menú...
- Pues a mi me encanta un plato de carne que hace mi mad... -dice Charlie muy entusiasmado, aunque su conversación, es cortada por las preguntas que aún me sigue haciendo Carlos.
- ¿Y ahora mismo que prefieres? -Miro a Carlos y no puedo evitar dejar escapar una sonrisa. Sé lo que quiere y es lo que voy a darle.
- Ahora mismo, prefiero la comida española, y a poder ser, el cocido madrileño.
Carlos abre mucho sus ojos sorprendido mientras yo me sumerjo de nuevo en mi tablet sin atreverme a mirarlo a los ojos. Creo que acabo de decirle en su cara que me gusta. Lo he hecho, ¿verdad?.
Charlie suelta una carcajada y se larga dejándonos solos de nuevo. Es su turno para salir, y él será el primero en probar los discos. Siento aún la presencia de Carlos a mi lado. Soy perfectamente consciente de cómo su hombro toca mi brazo y de la cercanía de su cuerpo junto a mi. Durante unos minutos, ninguno emite palabra alguna, pendientes de lo que está haciendo Charlie en el circuito.
- ¿Quieres algo en especial para cuando yo salga?
Se atreve él por fin a preguntarme. Levanto mi mirada para cruzar mis ojos con los suyos. Siento de nuevo un ligero estremecimiento y como el estómago me da un vuelco de nuevo al mirarlo y perderme en sus ojos. Trago saliva y esbozo una pequeña sonrisa para poder hablarle.
- Que le des caña -le contesto- quiero rapidez, pero con cuidado. Y cuando pases el tercer sector, reduce un poco hasta la siguiente recta, luego acelera hasta casi llegar a la curva y así hasta el final.
- Rápido, lento, rápido, lento. Así es como me gusta a mi hacerlo -me dice él mirándome fijamente. Una pequeña sonrisilla se instala en su cara de nuevo, haciendo que yo me sonroje al instante. No sé si hablamos de coches o de sexo. Aunque creo que el cabrón ha mezclado las dos cosas otra vez.
Carlos me guiña un ojo y se prepara para salir. Me quita la piruleta de la boca y se la mete él en la suya dirigiéndose hacia la salida. Pero antes de eso, se acerca de nuevo a mi hablándome sin que nadie se de cuenta.
- Aún sabe a ti la rockaleta.
Trago saliva viéndolo irse. Me enciende con sólo una palabra. Y cada día que pasa es peor. Porque creo que se ha dado cuenta del efecto que tiene en mi, y ya ni lo disimula. Va a saco con sutileza, pero va con todo. Y yo es que encima, me dejo. Porque este tonteo que tenemos me encanta, aunque, me temo, que en algún momento va a estallar todo y nos vamos a dejar llevar, que es lo que deseo.
Cojo uno de los cascos y yo hago lo mismo dando instrucciones a mi alrededor. No he vuelto a tener más problemas con Aless, algo que agradezco. Al contrario, me está dejando hacer mi trabajo sin problemas y nos consultamos cualquier cosa que necesitemos.
Compruebo los lados del coche fijándome sobre todo en el termómetro. Me gusta saber a que temperatura va a ir el motor. Además, estamos en Bahrein y en ésta época hace de media unos 25 grados aproximadamente.
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55LOVE (Runner 1)
RomanceA Carlos Sainz , su equipo le da un ultimátum. Tiene que cambiar su actitud o el año que viene lo echan de la escudería. Arrogante, engreído y prepotente, nunca está dispuesto a admitir que la culpa es suya. Pero toda esa fachada de tipo duro, se ca...
12. 𝒯𝑒𝓈𝓉 𝒯𝓌𝑜. 𝐵𝒶𝒽𝓇𝑒𝒾𝓂
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