12. 𝒯𝑒𝓈𝓉 𝒯𝓌𝑜. 𝐵𝒶𝒽𝓇𝑒𝒾𝓂

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- Gracias -le respondo algo azorada. Todo el mundo me felicita por lo de los discos, y a mi, tanto halago, me agobia. Aless aprieta mi brazo en un cariñoso gesto y vuelve a la zona delantera para prepararse. Me sumerjo de nuevo en mis datos intentando apaciguar los nerviosos latidos de mi corazón y rezando todo lo que sé para qué, todo siga funcionando como hasta ahora.

- ¿Aún te quedan Rockaletas?

Quito mi vista de la tablet donde están todos los datos de la telemetría y le sonrío a Carlos. Su voz es una caricia lenta que penetra en cada poro de mi piel. Mi corazón ya empieza a latir a velocidades vertiginosas como me pasa cada vez que estoy cerca suya. Y creo que él lo sabe por la forma como me mira. 

- Es la última -me saco el chupa-chups que aún tengo en mi boca y me mojo los labios probando el sabor del dulce que aún permanece en ellos. Carlos no aparta la mirada de mis labios, y cuando lo hace, cuando alza sus ojos y me mira, todo mi cuerpo reacciona recibiendo un pequeño escalofrío. Incluso mi estómago da un vuelco traicionero. 

- Tendré que encargarte otra caja entonces .-me dice dándome una intensa mirada. Sus ojos color café están fijos en los míos. Hoy incluso están algo más dorados. 

- Me quedan aún otros dulces para comerme -le digo pensando en la caja que aún está en mi habitación de Maranello 

- ¿Tú comes de todo? ¿O sólo dulce? 

¿Porqué esta conversación me da la sensación de que es sexual? O es que yo quiero ver insinuaciones de Carlos por todas partes. O joder, que es sexual y ya está. Ladeo un poco mi cabeza para observarlo mejor mientras él cruza sus brazos manteniéndome la mirada. Curvo mi boca en una sonrisa torcida intentando mantener la compostura, pero, soy débil a él, a su mirada, a esa boca que su lengua está recorriendo mientras habla conmigo. Cuando se trata de Carlos, soy frágil ante su presencia. 

- Hay que tener una dieta sana, Carlos, ¿tú la tienes? -le pregunto esta vez yo, manteniendo el nivel de la conversación por donde él la está llevando

- Hay que tener una dieta sana, Carlos, ¿tú la tienes? -le pregunto esta vez yo, manteniendo el nivel de la conversación por donde él la está llevando

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- Ya te dije una vez, que a mi me gusta el dulce mezclado con el picante, hechicera

Cada vez que me llama así, lo hace con una voz tan sensual, que ahora entiendo cuando en mis libros de novela romántica, leo que la protagonista moja las bragas. Pues bien, yo se las daba ahora mismo a Carlos si me las pidiera. Fijo que si. 

- ¿De qué habláis?

Charlie se pone en medio de los dos. Yo desvío mi mirada de la de Carlos, pero él no aparta la suya de mi en ningún momento. Aless suelta una maldición que me hace fijarme en lo que hace y dice en este momento nuestro jefe de equipo. 

55LOVE (Runner 1)Where stories live. Discover now