Capítulo 52; Detectives.

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— Comadreja hijo de...

— ¡Muy bien fue un gusto Luna! ¡Ron provecho con tus tostadas! ¡Adiós!

Rápidamente llegamos a la mesa para sentarnos y empezar a comer, Draco no para de fulminar con a mirada a Ron quien se da vuelta para hacer lo mismo también.

¿Tienen cinco años?

Ruedo los ojos y miro a Draco que está callado, muevo mi mano izquierda por debajo de la mesa para dirigirla a su pierna mientras me acerco a su oído lentamente.

— No estés así, bonito –susurro– no me agrada tenerte enojado...

Draco se tensa cuando mi mano está sobre el cierre de su pantalón, doy leves caricias sobre este sintiendo como su miembro empieza a notarse levemente, dejo de tocarlo para luego darle un sonoro beso en la mejilla y empezar a comer.

— No debes calentar la comida si no te la vas a comer –dice Draco.

— Estoy comiendo –digo inocente.

Draco suspira y rueda los ojos, al cabo de unos minutos observamos como Dylan entra por la puerta del Gran Comedor con un pie en las manos, nos observa de lejos y nos saluda con la mano. Le devolví el gesto y noto como toma dos tostadas y un jugo de calabaza para salir del lugar.

— Sigámoslo –dice Draco.

Nos levantamos rápidamente para ir detrás de Logan. Cada vez que Dylan se detenía a saludar a alguien Draco se ubicaba frente a mí con su capucha y se daba media vuelta para apoyarse con el codo en las paredes de los pasillos. Fue así 7 veces y veía a Draco como se tomaba seriamente el papel. Vimos como Dylan entraba a la biblioteca y se dirigía a un lugar bastante apartado, tomé la mano de Draco para guiarlo en un estante detrás de donde él estaba.

— ¿Viste si estaba solo? –susurré.

— No vi nada, pasé con los ojos cerrados.

— ¿Por qué pasaste con los ojos cerrados?

— No lo sé. No quería que me vieran.

Le di una bofetada mental mientras negaba con la cabeza. Nos quedamos quietos cuando escuchamos como Dylan habló.

— Te traje esto, espero que te guste.

— Gracias Dylan, pero no debiste de molestarte.

Esa voz, siento que conozco esa voz.

— Es lo mínimo que puedo hacer por tí si me ayudas a estudiar –dice nervioso.

— Me gusta poder ayudarte.

Escuchamos un silencio y como unos pasos se acercaban hacia el estante que nos dividía. Miré a Draco y corrimos hacia el extremo de este para dar la vuelta y escondernos.

— ¿Q-Qué harás después de clases? –pregunta Dylan.

— ¡Le pedirá salir! –susurra gritando Draco.

— ¡Sh, cállate! –digo.

— ¿Me estás invitando a salir, Dylan Morton?

— S-Sí, bueno si tu quieres. Más bien me gustaría mostrarte algo, en la torre de Astronomía.

— Me encantaría, pero primero vamos por un libro que creo que está en el otro pasillo.

Otra vez abrimos los ojos como platos y corrimos en dirección esta vez hacia la salida.

— Eso estuvo cerca –dice Draco tocando su pecho con su mano.

— Demasiado.



Estábamos dirigiéndonos hacia la Torre de Astronomía cuando le digo a Draco que necesito ir al baño. Rápidamente entro a un cubículo para poder hacer lo que hacemos cuando estamos en nuestros días y al terminar salgo y me encuentro con Leyla tratando de abrir el grifo de agua, el cual no sale nada de agua.

— Maldita agua –dice enojada.

— Podrías utilizar un Aguamenti si ves que no sale agua.

Leyla me mira y luego vuelve a girar el grifo. Ruedo los ojos para luego sacar mi varita y hacer el hechizo, Leyla al darse cuenta se gira rápido para impedir que la ayude y mi hechizo le llegó en la cara, dejándola toda empapada.

— ¡Eres una idiota! ¡Ni conjurar un maldito hechizo de principiantes puedes hacer!

— ¡Lo siento! Sólo quería ayudarte pero tu eres tan terca que haces que todo salga mal.

Leyla pasa por mi lado chocando mi hombro, ruedo los ojos y salgo del baño, Draco está con una mirada confusa mirando hacia donde Leyla se fue.

— ¿Qué es lo...

— Un accidente. Mejor vamos.

Nos encaminamos rápido hacia la Torre de Astronomía y nos escabullimos en las sombras al ver a Dylan.

— ¿Qué crees que le mostrará? –susurra Draco.

— No lo sé.

— ¿Su pene tal vez?

— ¡No seas cerdo Draco! –le doy un zape– Dylan no es de ese tipo de hombres, es un caballero.

— Si, si, como digas.

Ruedo los ojos mientras observamos como Dylan se nota nervioso mientras camina de un lado hacia otro.

— Espero que esa chica no lo haya dejado plantado –digo.

— Hola Dylan, perdón por la tardanza, tuve un inconveniente con tu amiga.

No. Puede. Ser.

— ¡¿QUÉ?! –susurro gritando.

Draco rápido tapa mi boca.

— ¿Oíste eso?

— Tal vez fue un pájaro –dice Dylan.

— Tal vez.

— ¿Que ha pasado con Aileen esta vez?

— Me ha tirado agua en la cara.

— Ella no haría eso, ella es muy buena persona, Leyla. Date el tiempo de conocerla, te caerá genial.

Veo como Dylan sonríe de lado, una sonrisa nerviosa. Escuchar hablar a Dylan tan bien de mí hace que más me convenza que Leyla no merece a mi amigo, ella es una persona bastante... amargada.

— No estoy de acuerdo, se cree la gran cosa por ser la gran "Aileen Llobett", todos la adoran, hasta los malditos leones. No sé que le ven todos pero ella es...

La besó. Dylan ha besado a Leyla Beckett.

— Oh, por dios –susurra Draco.

— Vámonos.

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Leyla Beckett

Leyla Beckett

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¡Estoy en Harry Potter! {Draco Malfoy} | El cáliz de fuego.Where stories live. Discover now