Pequeños relatos.

Letanía

Consumida, 

cual vela que se deja encendida cuando falla la luz,

cual vela que pasa horas allí, inadvertida,

cual vela que se dejó correr para iluminar a los demás.

Consumida,

con sumisión y anhelo esperando una señal,

con sumisión y anhelo esperando una decisión,

un poco de fe,

un poco de esperanza.

Atrás,

ya no busco mi pasado,

busco y construyo mi futuro,

el problema está en que quiero que sea contigo.

Tu,

llama voraz que aviva mi ser.

Tu,

credo y religión que embarga mi esperanza.

Tu,

brisa que dirige mi velero.

Tu, 

letanía mía.

Tu,

atardecer y mar, una combinación perfecta que genera el éxtasis en mi ser.

Tu, 

calma y hogar.

Tu, simplemente tu.

Consumida,

Consumación de un querer.

Consumida,

el tiempo que corre,

se escabulle entre mis manos,

escapa,

largo, tedioso, doloroso.

La espera consume,

enflaquece, adormece, entibia o quema demasiado.

Busco

La hora, el lugar, la alineación de los planetas,

para encontrarte de nuevo.

Imploro,

para que el universo juegue a mi favor.

Lloro,

para calmar mis ansias de tenerte a un lado,

vigoroso, risueño, perspicaz, encantado.

Consumida.

El deseo de tenerte cerca combinado al tiempo, me aterra, me congela.

Consumida,

Cual vela que fue encendida para iluminar un camino.

Consumida,

por la falta de respuesta y las tantas preguntas que no me dejan andar.

Consumida,

por este amor infinito que no quiero que termine, 

que sólo quiero entregarte a ti,

como un anillo de compromiso que sea simbólico,

que simbolice mi compromiso para contigo,

que simbolice mi promesa ante ti y Dios que no fallaré más.

Promesa,

avanzar, dejar el pasado sin entrar en nuestro futuro,

avanzar, un intento casi desesperado de sentirte mío,

avanzar, creer, abrazar, acompañar, amar.

Aquí me tienes, 

hincada de rodillas ante ti, 

ilumíname,

cree así como Jesús confía en las ovejas descarriadas, las que se salen del rebaño.

Yo creo, así como un fiel feligrés ante lo que pida su iglesia.

Amén.