¡Estoy en Harry Potter! {Draco Malfoy} | El cáliz de fuego.

[ESPECIAL 2/2] Capítulo 48; Felices 16.

— Me vuelves loco

Dejo de besar su cuello y me dirijo hacia su boca, una guerra de lenguas se desató mientras que Draco me deja sobre la cama y se posiciona sobre mí. Sus besos esta vez se dirigen hacia mi cuello, dejando un rastro húmedo en él. Muerde, lame y succiona cada rastro de aquella sensible zona para mí y que ahora, puedo confirmar que es mi punto débil.

— Hueles tan bien. Quiero poder ser el único que pueda tenerte así de cerca, Aileen...

— Y créeme que lo serás –dije con una voz apenas audible.

Ante mis palabras Draco suelta un jadeo y comienza a levantar mi polera hasta el punto de dejarme sólo con mi sostén puesto, sus manos viajan desde mi clavícula hasta el borde de mi pantalón, con el que juega un rato.

— Si vas a jugar con eso Malfoy, más te vale que te apresures.

— No seas impaciente, bonita –susurra– tenemos toda la noche.

Sin más, empujé a Draco por los hombros y como pude lo di vuelta, esta vez tomando el control yo.

— Entonces empecemos

Beso a Draco con lujuria sin parar, mientras que con mis manos algo nerviosas desabotonan los últimos botones de su camisa, se la quito con algo de ayuda para quedar este sentado y yo sobre él, nuestras lenguas tienen una danza increíble. Congenian realmente bien. Siento como debajo de mi pelvis, algo duro empieza a notarse cada vez más y por instinto, empiezo a balancearme en forma de vaivén sobre el pantalón de Draco.

— Sí, sigue así Aileen...

Me detuve y con mis manos inexpertas, las dirigí hacia el botón de su pantalón, lo desabroché mientras bajaba lentamente este sin dejar de mirar a Draco a los ojos. Este tenía una mirada distinta a la que siempre tiene, sus ojos grises se han tornado mucho más oscuros, llenos de deseo y lujuria, al igual que los míos. Lancé el pantalón lejos mientras me subía a horcajadas de Draco nuevamente y poder sentir mejor su miembro.

— ¿Crees que te dejaré estar con tus pantalones? Nena, eso es injusto.

— Pues, ¿Qué esperas para quitármelos?

No pasó ni un segundo y Draco me dejó debajo del en un ágil movimiento, desabrochó mi pantalón y de un tirón lo lanzó a un extremo de la habitación. Ambos estábamos en ropa interior, sus ojos viajan observando todo mi cuerpo desde mi cuello hasta mis piernas, cosa que al principio me hizo sonrojar.

— Eres perfecta, todo de ti me encanta...

Se lanzó a mi boca, devorándome cómo él solo lo sabe hacer. Nuestras lenguas nuevamente se encontraron y mantenían un baile exquisito. Dirijo mis manos hacia la espalda de Draco y doy pequeñas caricias con mis uñas, Draco suelta unos jadeos y dirige sus manos hacia mi espalda para desabrochar mi sostén.

— Maldita cosa –susurra.

— Déjame ayudarte –respondo.

Desabrocho mi sostén y miro a Draco quien está sonrojado, supongo que es por el hecho de que no lo pudo hacer, tomo su cara para besarlo pero esta vez de una forma dulce, dándole a entender que no debiera de sentir vergüenza, ambos somos inexpertos en estos temas. Dejo de besarlo y él me mira con un brillo en sus ojos, cambia la dirección de estos y la dirige a mis pechos que se encuentran libre y sin ninguna tela que los cubra. Draco lentamente acerca una mano para acariciarlo mientras me besa lentamente. El placer que siento cuando pellizca mis pezones es incontrolable, arqueo mi espalda pidiendo más, cosa que Draco entiende y mete uno de mis pezones a su boca, dándoles húmedas caricias con su lengua y con sus labios, dé repente su lengua empieza a moverse rápido sobre mi pezón, endureciéndolo a más no poder.