𝘊𝘳𝘰𝘤𝘰𝘥𝘪𝘭𝘦 un hombre extranjero que comúnmente es invitado como cada año 𝘢𝘭 𝘣𝘢𝘪𝘭𝘦 𝘥𝘦 𝘋𝘳𝘦𝘴𝘴𝘳𝘰𝘴𝘢 quien fundó un rey, rubio (cuyo rostro es un misterio), se anima a asistir por una razón, no obstante, Crocodile oculta un 𝘶𝘯...
—¿Podrías repetirlo una vez más? Fufufu. —Las pupilas se agradecieron luego de que el rubio escuchó atento aquel hombre que tenía frente a él. Crocodile se tragó nuevamente la saliva por su seca garganta y carraspear con un exponente sonrojo en sus pómulos y orejas.
—P-Por favor, brindame tu polla y luego preñame. T-Te aseguro que no sabrás más de mí luego de pasar la noche juntos—.
—Em~ Quieres sexo entonces. Pero por qué conmigo fufufu, ¿Tan urgido estás por que te follen?—
—Shhh. Quiero —Se mordió el labio luego de admitirle la propuesta que le carcomio durante horas. Pero pensándolo bien, Crocodile ya se sentía arrepentido—, Sólo dame una respuesta.
—Supongo que, tendré que....
Y antes del último veredicto, revirtamos el tiempo cuando Sir Crocodile no se sentía del todo bien. Una gran noticia estaría por cambiar su vida.
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Las circunstancias se salieron de control. Crocodile regresó de su tan esperado viaje que duró bastantes años.
De vuelta a la mansión, el peli negro regresó a sus viejos hábitos. Desayunar, leer, pasear, visitar la iglesia por los domingos también, almorzar, cenar, asearse y finalmente dormir.
Una repetida semana con los mismos deberes del día. Ya lo tenían aburrido.
Ese principal motivo era por el cual no quiso obedecer a su íntimo amigo Daz Bonez.
Regresar a Inglaterra ¿Para qué? ¿Con qué propósito?
Siempre sirvió para un hombre del que nunca estuvo enamorado y sólo le tuvo asco. Sentado en la mesa del jardín observando su fastastico terreno amplio entre árboles y flores de todo tipo, le hacen pensar que la soledad en la que comúnmente vive, es de lo más vaga.
Nunca tuvo el poder de decidir su vida hasta que su esposo murió. Tener la libertad por años fue como orbitar otro mundo en el mar, pero con el deber de regresar a sus orígenes le trae un mal sabor de boca cuando cruza por la gigantezca mansión silenciosa, salvo por su servidumbre que camina en sigilo cumpliendo con sus tareas.
A comienzos del siglo XVIII, cuando cumplió la mayoría de edad, Crocodile fue obligado a comprometerse y casarse con un Lord de 86 años. Aquel anciano era tan senil que jamás pudo ofrecerle un hijo, luego lo dejó viudo para luego quedarse con toda la fortuna siendo ahora el multimillonario de toda Inglaterra.
En el mundo, existió una raza humana en particular donde los varones son fértiles al igual que una mujer, a estos se les conoce como doncel y entre ellos nació Crocodile para ser educado en la clase alta, pero Crocodile no quiso ser ni servir ante las costumbres de su capital, sino que quiso viajar y conocer el mundo, pero sus padres nunca le permitieron ese tipo de libertades como a otros solteros. Su familia pronto quedó en la quiebra, por lo que junto al ser mayor se caso sin necesidad de hacer alto esfuerzo más que ser un buen esposo y tener hijos como lo educaron, pero al poco tiempo Crocodile se quedó viudo y en tanto pasó el funeral decidió viajar en barco por mucho tiempo soñando con volverse a encontrar con un niño del que se enamoró a primera vista cuando Crocodile tenía tan sólo diez años y decidió que ese niño lo amaría por el resto de su vida y reservar su amor únicamente para él, pues sentía que sólo le pertenecería a Donquixote Doflamingo.
