Realmente ese departamento valía mucho más que el suyo y no podía negar que le gustaba un poco. Se parecía un poco a la de su departamento.

Llenó la bañera con agua caliente y entró después de quitarse los pantalones. Su piel ardió por lo caliente del agua pero se sintió relajado, el vapor nublaba un poco la habitación.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se había relajado de esa manera. No sabía si era porque su cuerpo pedía esa paz, o por el agua caliente quemando sus poros o por la vista serena de la ciudad.

Cerró los ojos unos minutos y se relajó por completo hasta que la puerta de la habitación se abrió, no volteó ya que sabía que se trataba de Mikey.

—¿Qué quieres?

—Olvidé dejarte ropa—respondió el pelinegro dejando la ropa en un banquito.—¿Relajandote un rato?

—Si, así que no molestes.

—¿Por qué me tratas tan mal, Takemicchi?

Ahí estaba el Mikey que conocía. Supo que no tenía intenciones de irse así que tampoco peleó con él por ello, de todos modos le daba igual, no es como si el pelinegro no lo haya visto desnudo antes.

—¿Por qué el trébol de cuatro hojas?

—¿Trébol?—preguntó el rubio abriendo los ojos sin entender a que se refería.

—El tatuaje—dijo recargando sus manos en el borde de la bañera.

Probablemente antes se hubiera enojado por ser Mikey quien hiciera esa pregunta pero por alguna extraña razón no se sintió furioso, en cambio no le importó.

El tatuaje se lo había hecho después de la muerte de Hinata ya que en su primer mes de novios le había regalado a ella un collar con una figurita de un trébol de cuatro hojas, después de su muerte decidió tatuarselo en la espalda para tenerla presente y porque nunca la quería olvidar.

—¿Por qué preguntas ahora? ¿No lo habías visto antes?—inquirió arqueando una ceja.

—Bueno, estaba más concentrado en tus expresiones de placer cada vez que te penetraba.

—Jodete— lo maldijo sacándole el dedo de medio.

—¿Por qué mejor no te jodo de nuevo?

Antes de que el rubio pudiera decir algo, Mikey sumergió su mano en el agua y tomó su miembro entre su mano y comienzó a moverla de arriba abajo, el mero contacto hizo estremecer a Takemichi.

No comprendía cómo es que Mikey tenía el poder de calentarlo con el más mínimo toque. Dejó caer hacía atrás su cabeza disfrutado del placer que su miembro estaba recibiendo, soldando de vez en cuando jadeos.

El ambiente en la habitación se sintió aún más caliente que antes y Takemichi sentía que su cuerpo se quemaba, en especial su miembro pero no era suficiente contacto, quería que Mikey lo tomara.

Entre abrió sus ojos para decirle a Mikey que lo cogiera de una vez por todas pero el pelinegro tiró de su cabello hacia atrás.

—Abre la boca—ordenó Mikey.

Takemichi acató la orden antes de que pudiera pensar en resistirse y sintió como la boca de Mikey lo devoraba, cuando la lengua hizo acto de presencia soltó un gemido que tal vez prendió al pelinegro ya que comenzó a besarlo aún más rudo y comenzó a masturbar su miembro mucho más rápido.

Hanagaki se encontraba en medio de la perdición, no era capaz de siquiera poder pensar con claridad. Debía recordar la razón de por qué estaba haciendo eso después de que Mikey preguntara por el tatuaje pero todo en lo que podía pensar era que quería que Mikey lo penetrara de una maldita vez.

Dangerously | MiTakeWhere stories live. Discover now