Una pequeña confesión.

3.1K 302 27
                                    

- una mirada, una sonrisa me seduce a ser cómplice infiel; eres la mujer, de mi amigo y no lo puedo creer - cantó felizmente el pelirosado, el cual ignoraba su alrededor

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

- una mirada, una sonrisa me seduce a ser cómplice infiel; eres la mujer, de mi amigo y no lo puedo creer - cantó felizmente el pelirosado, el cual ignoraba su alrededor.

Chocandose sin querer con alguien, Yuuji iba en su rumba mental.
Mientras caminaba alejándose de la multitud, un grupo de 4 ladrones ya lo esperaban cerca de un callejón sin salida. Estos, como gatos que van hacia su presa; con sigilo fueron por la espalda del despistado, empuñando un cuchillo de doble
filo.
Uno de ellos, se acercó sacando la billetera del pelirosa  ágil y sigilosamente sin que se diera cuenta. Al lograr su cometido, su caminar mermo velocidad para quedar al lado de sus compañeros. El mas grande y musculoso aceleró el paso para estar más cerca del chico, saco su arma; un cuchillo de doble filo para apuñalar al joven. Pero una mano blanca y fría apretó su muñeca, un sudor frío resbaló por su frente, giró su rostro, viendo un chico de ojos verdes, pelo alborotado de color negro un poco cubierto por una capucha, una mirada de odio se dirigía hacia el hombre musculoso con el arma.

Este hombre giró su cabeza para mirar detrás suyo con cautela, anonadado por que sus compañeros no hacían nada; pero el panorama que vio resolvió sus dudas, estaban en el suelo inconscientes.
De la nada, se vió lanzado por por los aires impactando contra la basura que había en un callejón, un golpe en su rostro lo noqueó; el pelinegro arrastró los otros tres malandros tirándolos sin cuidado al basurero, sacandoles la billetera del bolsillo.

Miró hacia el pelirosa, el cual ya estaba bastante alejado de la escena, a paso acelerado se le acercó, nervioso, tocó el hombro ajeno, este se giró, esos hermosos ojos color café lo miraron alegremente. Se quitó uno de sus audífonos para prestarle atención.

- Se te cayó - ofreció mostrándole una billetera. El rose de los dedos del pelirosa pusieron nervioso al pelinegro.

- ¡Megumi!, oh, que descuidado, ¿donde la encontraste? -.

- en el bolsillo de un ladrón - señaló con su pulgar a su espalda, dando a entender que los hombres ya estaban "acabados".

- ¡gracias! - unos brazos rodearon al pelinegro, en un cálido abrazo. - mi lindo gato.

El pelinegro, sin palabras, acepto el abrazo.
La vida de Fushiguro era mucho más bonita con Yuuji cerca, desde el día en el que lo conoció, el estaba en un callejón herido, por una pelea de gatos;así es, Fushiguro es un hombre cambia formas, provenía de un lugar lejano, odiaba a su familia por lo que decidió escapar y nunca más volver.
Paso la mayor parte del tiempo en su forma de gato. Conoció la ciudad, conoció gatos como él, con la diferencia de que algunos se creían de mucha clase; -como ese gato blanco peludo que vivía en una casa de ricos-, y otros eran gatos experimentados que eran muy agresivos y fuertes; tuvo la desgracia de cruzarse con una pandilla así, hiriendolo y siendo lanzado por ellos a un cuarto piso, de milagro cayó en un colcho viejo abandonado.

Pero fué ahí cuando lo conoció, en esa fría y lluviosa noche, el pelirosa el cuál no dudó en recogerlo y sanar sus heridas, cuando Yuuji supo la verdad sobre Megumi, no pasó a solo un. "¡asombroso!"; no podía negar que en ese momento si estaba nervioso, no quería que lo rechazara por ser "especial". Como los cuentos de esos hombres mayores, casi ancianos, que se ocultan en la ciudad por su peculiaridad, los cuales tenían una triste historia de casi ser asesinados por eso.

- mira, compre algunas cosas para la cena, pienso preparar una lasaña - contento, tomo la mano del pelinegro para ir caminando junto a él.

- ¿comó te fué?

Fushiguro le gustaba preguntarle siempre su día, sabia mejor que nadie que en la institución siempre lo aislaban, y no era de tener amigos por eso. Siempre el enfurecía el hecho de que los delincuentes de la institución le buscaban pelea sin razón alguna. Y mas cuando Yuuji no se podía defender, odiaba la restricción que le habían puesto los profesores, ya que lo catalogaron como violento — intentando defenderse casi mata a un estudiante por su fuerza bruta, los maestros creyerona versión de los chicos que estaban vueltos mierda — esos desgraciados se aprovecharon de que el pelirosa se limitaba a huir.

un golpe más, Itadori Yuuji, y te expulsamos de esta institución — duras palabras para el pelirosa.

- pues... diría que bien, ¡esta vez no intentaron golpearme! - dijo orgulloso, como si no fuera nada.

Eso era raro para Fushiguro, ya que los idiotas de esa academia no dejaban de buscar pleitos. Pero se alegraba de que estuviera a salvo.

— me preguntaba si se te antojaba comer algo en la tarde, no se... un helado; con este calor infernal

— no, estoy muy cansado; prefiero estar en casa — no iba a negar que la propuesta era muy tentadora, simplemente no quería.

Cuando llegaron, Yuuji dejó sus compras en la mesa, Fushiguro se quitó el saco, el cual le causaba mucho calor, mostrando sus orejas que sobresalian al igual que su cola. Su camisa blanca holgada y pantalones azules , perfecto para un día caluroso, tirandose al sofá fresquito de cuero, Yuuji prendió el ventilador, paso por la parte de atrás del sofa; Megumi por su parte se había acostado boca abajo, paso su mano por la cabeza del pelinegro en forma de caricia, este se giró agarrandole la muñeca, jalandolo hacia él, cayendo encima de este. Fushiguro lo rodeo con sus brazos en un abrazo. Amaba mucho al pelirosa, aunque le costara decírselo en la cara, para Yuuji era muy obvio, el sentimiento era mutuo. Yuuji en un instante se le acercó dándole un beso en la frente.

- te quiero

Esa sonrisa, era la sonrisa mas hermosa que solo él podía ver, Itadori siempre le sonreía de forma especial; Fushiguro estaba rojo, pero no se iba a quedar atrás por lo que se acerco de más dandole un beso en los labios.

- yo mas

Dijo firme, tanto que Yuuji se supo totalmente rojo, no sabia donde esconder su cara avergonzada, por lo que dejó caer su cabeza en el pecho de Fushiguro.
El pelinegro sonrió victorioso, despeinando a Yuuji.

Esa misma noche, las noticias anunciaban el asesinato de un joven, un grupo de estudiantes le dieron 3 tiros en el pecho

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Esa misma noche, las noticias anunciaban el asesinato de un joven, un grupo de estudiantes le dieron 3 tiros en el pecho. Eso pasaba mientras Yuuji preparaba la cena, Fushiguro tuvo la buena suerte de haber oido esa noticia ya que iba a apagar la tele.
La noticia provocó que se erizara; las imagenes del lugar, era el mismo sitio donde les gustaba comer helado ellos dos.
Lo quería demasiado, nunca podría  perdonarse el hecho de que muriera, por lo que juró siempre protegerlo de cualquier persona o espíritu. No le importaba quien era, siempre iba a estar con él.

— Yuuji...

— eh, ¿si?

—... te amo

 te amo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
El gato negro Where stories live. Discover now