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pov's kim dahyun

Aunque quería que el día pasara rápido, fue todo lo contrario, las horas se sentían eternas, y a pesar de que mi amigo no indagó mucho en el tema de mi profundo llanto en esta mañana, no había que ser muy inteligente para notar que yo no estaba bien. A penas podía concentrarme en clases, no almorcé en el comedor estudiantil y me veía con unas grandes ojeras bajo mis ojos. No tenía ni la más mínima fuerza. NamJoon estaba atrás mío, pero no decía nada, al no saber la razón supuse que se sentía mal por mi, y no fue muy alejado de la realidad, porque cuando la campana sonó anunciando que era hora de irnos, me tomó de la muñeca antes que cruzara la salida.

— DaHyun, por favor, ya no aguanto esto, dime que sucede contigo.

— No es nada, NamJoon. Estoy bien.

— Es evidente que no lo estas.— su voz se volvió más dura a medida que yo trataba de evitar sus ojos sobre mi — Soy tu mejor amigo, puedo saber cuando algo sucede, no haz comido nada, y te vez muy decaída...

— Mamá me dejo con la abuela.— dije, NamJoon sabía de cuanto odiaba a aquella mujer — Y no me ha llamado.

— Puedes quedarte en mi casa, mis padres te aman, no tendrían problema con que...

— No, NamJoon — me solté de su agarre, y suspiré —. No es que no quiera estar contigo, pero no puedo generarte más problemas. No es tu culpa que mis padres simplemente no quieran estar conmigo.

— Pero...

— Me iré ahora.

Con rapidez le di la espalda para comenzar a caminar hacia la salida, había algo en mi pecho que se estaba oprimiendo con fuerza, avisándome que en cualquier segundo me largaria a llorar. Pero no me lo permití a mi misma, porque cuando note un auto familiar estacionado en la otra calle, me tragué la vergúenza que traía sobre mi y avance hasta allá, con mis manos sudando por los nervios. Estuve frente a la puerta del vehículo, fue ella quien la abrió desde adentro y me indicó que subiera, lo hice, sin poder evitar pensar en que es lo que sucedería ahora.

Si alguien me ve... Si mi madre se entera...

— Hola. — una leve sonrisa sin mostrar los dientes se formo en su rostro — ¿Cómo estás hoy? ¿Te sientes mejor?

Inhale, el suave olor a café llegó a mis fosas nasales, generándome un gusto nuevo. Asentí a sus preguntas, pero eso al parecer no lo dejo satisfecho, con su mano tocó mi mejilla, acariciándola superficialmente, giré a observarlo sin comprender su aparentemente preocupación extrema por mi.

— ¿Por qué parece tan preocupado por mi?

Hubiera querido también preguntarle otras cosas, como por qué fue que me beso aquella vez, o por qué es más amable conmigo de lo que alguna vez fue mi propia madre. Pero me conforme con ello, y sólo me tranquilice cuando se acercó a mi para plantar un pequeño beso en mis labios antes resecos. Si alguien más viera esta situación, no sería nada bien visto, una adolescente con uniforme de la escuela siendo acorralada por un hombre mayor en su auto... es tan malo. Pero al mismo tiempo tan bueno. Seguí su beso como si eso hiciera que mis problemas ya no existieran, tener lo que tanto había querido era un capricho que se me estaba siendo otorgado.

Aparentaba que no tenía ningún problema en mi vida.

Que en realidad no me siento perdida. Ella me encontró.

Al separarse, quede en mi lugar con un leve sonrojo en mis mejillas.

— La razón es simple, DaHyun. Me gustas, y tenerte es lo que quise desde que te vi por primera vez, ¿No sientes lo mismo?

— S-Sí, pero creí que estaba con mi madre.

La forma en que sonrió género algo extraño en mi mente, tal vez desconfianza.

— Pero tu eres más linda.— dijo.

— ¿Lo soy?

— Lo eres.

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