Mayo

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Estaba buscando algo de la segunda historia de demonios que voy a subir en la otra cuenta y...puff. Encontré esto, ¡es el momento perfecto para subirlo! /corazón, corazón.

Mayo

"Final de mayo, cerca de la mitad del año, el momento perfecto de equilibrio de la magia. Seis rituales para atraer al amor que puedes hacer en casa sin ningún artículo especial, dos amuletos de eficacia confirmada, el nuevo perfume cambiante de Laboratorios Weasley y una entrevista a…"

Harry apartó la revista en cuanto se percató del tipo de contenido que tenía.

¿Qué le costaba a los Aurores novatos dejar algo con material decente para su rato de descanso en la cafetería? No, ellos se llevaban El Profeta, los cómics y las revistas de Quidditch y Harry tenía artículos sobre las brujas que se peleaban por tener su boda a mitad del año por no sé qué cosa de la suerte, una pareja que tuvo trillizos con sangre Veela, cursilería, cursilería, cursilería, cursilería y consejos de belleza.

Suspiró y se dedicó a beber el asqueroso café del Ministerio. Cada día estaba más convencido de que los empleados de mantenimiento, esos misteriosos sujetos que él jamás había visto, llenaban la máquina con petróleo en lugar de café. Pero ya qué.

Dos horas más, Harry, se dijo. Dos horas y se acaba el turno.

Tenía más de cuarenta horas en servicio. Hermione le llevó comida a la oficina para que se alejase de la máquina expendedora, Ron buscó un cambio para los uniformes de ambos, el papeleo sobre su escritorio al fin había desaparecido y el último caso de magia oscura estaba resuelto. Tendría dos días de descanso cuando saliese de ahí, y a menos que a otro mago le diese por imitar a Voldemort esa semana, regresaría a su rutina normal el lunes.

Lo único que Harry temía más que una alarma de un nuevo caso importante y urgente era quedarse dormido en la sala de descanso y perderse su hora de salida cuando prácticamente huiría del Ministerio, consideraría dormir veinte horas seguidas y se replantearía por qué quiso ser Auror.

—Jefe.

Harry ahogó su lloriqueo en la taza de petróleo. Luego giró el rostro y vio al chico que se paró junto a él, con una sonrisa de "puedes decirme lo que sea que pase" y ojos de "por favor, sólo déjame morir aquí y ve a hablar con Ron en mi lugar".

—¿Sí, Dennis?

—Sé que ya casi se retira y que ha tomado un montón de horas extras para ayudar al equipo de investigación, no lo molestaría si no fuese importante, pero, uh, usted- ¿recuerda que dijo que le avisáramos si teníamos a Draco Malfoy otra vez en el Departamento?

Harry asintió, cansado. Ya sabía hacia dónde iba aquello.

Dennis adoptó una expresión culpable.

—Pues tenemos a Draco Malfoy en el Departamento otra vez.

Cada tres meses, un poco más, un poco menos, Draco acababa allí. Harry no se sorprendía de que los novatos incluso tuviesen una pegatina con su nombre que le ponían a la silla en la sala de interrogatorios cuando llegaba.

Le avisó a Dennis que se ocuparía de él, rellenó su taza de café, volvió a quejarse del horrible sabor y caminó hacia la sala. Saludó a unos novatos que entraban al segundo turno, intentó no bostezar demasiado y se olvidó de que su capa del uniforme estaba abierta porque la utilizó como almohada por un rato.

MayoWhere stories live. Discover now