—Es que eso ya me lo dijiste y no estoy seguro de cuántas veces lo has hecho con anterioridad, Louis —Richard me abrazó fuerte—. Me siento tan orgulloso; pero tan orgulloso de ti, en serio —Richard era un poco más alto que yo (no como Logan, él de verdad era enorme, musculoso y muy guapo; pero Richard era mi novio sin ser mi novio).

—¿Sabes lo más raro? —él me pidió que yo le dijera qué era lo que estaba pensando—. Actuamos como si fuéramos novios, pero realmente no lo somos.

—Ah, ¿no lo somos? —¿Richard Vallaj realmente creía que nosotros sí éramos novios?—. ¿Qué es lo que acabas de decirme? ¿Estás tratando de decirme que nosotros, realmente, no somos novios? Es que, te juro que yo creía que sí lo éramos por cómo nos comportamos y como nos llamamos el uno al otro. Pero ¿realmente no somos nada?

—Sí, eso es lo que dije —al separarme de su agarré, me coloqué un poco de colonia—. Nunca nos hemos dicho la propuesta de si queremos ser novios o algo así. Creo que escuché a Camila decir que se llaman «casi algo». Nunca quise que fuéramos un «casi algo».

—Tienes razón, lo haré cuando estemos listos para hacerlo. Ahorita estás a punto de irte a cambiar tu vida, y a pesar de que voy a acompañarte, aún no estoy listo para decírtelo.

—Y por «no estoy listo para decírtelo» te refieres a que sí has pensado pedírmelo, ¿verdad? —Richard solo respondió que era bastante complicado, pero que luego me lo explicaría.

—Ya es hora de irnos, ven. ¿Estás igual de nervioso que cuando cantaste por primera vez en la torre Eiffel en París?

—¿Cómo sabes que canté en la torre Eiffel en París?

—Te busqué en internet; ya te lo dije, ¿recuerdas que Jessie y yo hablamos sobre ti? —asentí con la cabeza mientras pasaba al baño a cepillarme los dientes, Richard me siguió y comenzó a hablarme a mis espaldas—. Pues Siri buscó tu nombre en internet y me arrojó resultados de lo bien que cantaste tres canciones: una de navidad, otra sobre ser como el resto del mundo y otra sobre superar una ruptura y el amor propio que te tenías a ti mismo, además de otras canciones que cantaste que ahorita no recuerdo; mas sí sé que fueron muchas.

—¿Qué dices que buscó Siri? —me quedé a media cepillada de dientes y volteé a verlo con espuma de dentífrico en la boca. Me veía mal.

—Dije tu nombre y no sé cómo carajos activé a Siri.

—¿Realmente Siri de activó solita? —no le creí a Richard ni una palabra de lo que dijo.

—Bueno, fui yo quien activó a Siri ,y te googleé, porque sentí interés de qué había sido de ti y si de verdad habías aceptado la beca que te regalé en el show de talentos donde cantaste el cover de la canción que sale en una película de Disney.

—Me buscaste en internet —en este punto de la historia, ya había terminado de cepillarme los dientes.

—No vuelvas a hablarme con la boca llena de espuma de dentífrico porque me recuerda a otras cosas y me desconozco muchísimo —sentí como de repente el rubor subía a mi cara y empecé a palidecer.

—¡Qué asco! —¿a quién intenté engañar? Cualquiera sabía que entre Richard y yo sí hubo sexo de por medio.

—No te hagas el santo ni la mosca muerta, por favor. Por lo menos no ahorita. —Richard se echó a reír y yo también lo hice.

—¡Ay, por Dios! —me mató de risa su comentario—. No me hago ni el santo ni la mosca muerta, es solo que no es el momento de hablar de nuestra vida sexual y es un poquito incómodo.

Anochecer Tras El Amanecer (Dylan's Version)Where stories live. Discover now