La Bruja de Corazones

Intro

El amor de una bruja es retorcido, enredado y asfixiante.

Yo era una bruja con la habilidad de leer los sentimientos de los demás, pero por alguna razón, no podía comprender los míos.

Perdida en un laberinto de decisiones, tratando de descubrir mi lugar en un mundo donde los humanos, cazadores y brujos luchaban por convivir en armonía.

Los humanos eran la especie dominante en número y se reproducían a una velocidad asombrosa, mientras que los brujos se acercaban a su extinción. Siempre temían lo desconocido y lo que no podían comprender. Me preguntaba si debería odiarlos por obligarnos a escondernos del mundo y si debería apoyar a mi especie sin oponerme a las órdenes del Consejo de Brujos.

Los cazadores, por otro lado, poseían una fuerza excepcional y se encargaban de proteger a los humanos. A diferencia de nosotros, ellos caminaban libremente por el reino humano y eran admirados por muchos de ellos. Aquellos brujos que se atrevían a lastimar a los humanos eran quemados como castigo. Me preguntaba si debía asesinar a los cazadores que amenazaban con eliminar a nuestra especie.

En este mundo caótico, donde las tres especies luchaban por sobrevivir, solo algunos me conocían y me llamaban...

"La Bruja de Corazones".

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Mis ojos miraron fijamente como todo era consumido por el fuego, corrían desesperados tratando de salvar sus miserables vidas, las chispas brotaban en el aire danzando al ritmo de sus gritos.

"Todos deben morir"

Disfrute la masacre con una sonrisa en los labios, me incline en el balcón tranquilamente, sentí una presencia detrás de mí y lo salude con gran alegría.

—Sabía que los matarías a todos...

Él no respondió a mi saludo, sus ropas estaban impregnadas de sangre y me miro con un rostro inexpresivo.

—¿Porque no sonríes?

Él inhalo profundamente, respondió con una voz dolorosa y lúgubre.

—Tal vez pudimos tomar una decisión diferente.

—¿Crees que ellos te hubieran perdonado la vida?...

Mi risa sonó como un breve eco.

—Eres muy ingenuo—después de dar pequeños pasos me recosté contra la pared—¿Realmente crees que ellos te hubieran escuchado? Aun no puedo entender muy bien porque él te quiso proteger.

Al escuchar sus palabras el bajo la mirada.

—Yo lo lamento—dijo con los ojos entrecerrados frunciendo el ceño.

—¿Porque te disculpas? —me aleje de la pared y camine alegremente cerca de él—¿Y porque pones ese rostro triste? Deberías celebrar tu gran victoria.

Hizo caso omiso a mis palabras y dijo seriamente.

—Debes huir, cuando ellos se enteren lo que hiciste te mataran.

—Yo no puedo morir porque debo encontrarme con él—dije alzando la vista hacia el cielo cubierto por humo—Me pregunto si cuando lo vuelva a ver será primavera o estarán cayendo copos de nieve.

—Es momento que despiertes a la realidad—dijo con aflicción.

—Nosotros nos volveremos a ver—cerré los ojos y la fresca brisa rozo mis mejillas—entonces todo volverá hacer como antes, podre volver a escuchar su cálida voz y volverá a pronunciar mi nombre.

Él se acercó a ella y el sujeto de los hombros.

—Eso no es posible—tardo unos cuantos segundos y finalmente hablo apretando los dientes—Él está muerto.

Al contrario de sus expectativas ella no estaba triste, después de un largo y pesado silencio le respondió alegremente.

—Nosotros hicimos una promesa.

El dolor y la desesperación puede convertir una promesa de amor en una maldición.

Nota de la autora: Este es el inicio de una nueva historia, acompáñame a profundizar en los sentimientos de nuestros personajes, porque un simple deseo puede ocasionar una tormenta.

Me encantan leer sus comentarios (es la parte divertida de mi día)

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Nos vemos