2. Pasado: Una confesión no tan bien confesada

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"¡Oye! El bailarín también lo era, aunque de diferente procedencia planetaria, uno dominado por gatos."

Le gustaba imaginar que Lee Know nació como un ente amante de los gatos en la tierra, lugar que decidió habitar porque National Geography lo descubrió, y estaba amenazado por el gobierno de Estados Unidos por temas de copyright; mientras que él provenía del planeta Sensible_rap~, siendo sintetizado artificialmente para la grandeza, el amor de su público, y de su infrenable pasión por el cheescake y el café descafeinado.

"Considerando, claro, que el área 51 es YJP, y los hombres de negro nunca llegaron a Corea."

Todo en tono de broma secreta con respeto a su cercanía porque la imagen de relación mínimamente cordial de compañeros trainners nunca existió entre ellos.

De hecho, fue curiosamente lo contrario, desde que conectaron con un an-nyeong ha-se-yo al estilo Jackson sunbaenim, y una invitación con un bimbibap en la tienda de al frente de la agencia principal, su unión se transformó en una simbiosis mutua; en donde uno era la extensión del otro, y el espacio de uno era el territorio del otro, compartiendo un objetivo en común:

"¡Dominar al mundo con su música, como también acabar los sesos de Ban Chan y Chan Bing, pero sin perder la cabeza en el proceso!"

Sin embargo, una variable que no cuadraba dentro de sus deducciones fue que Lee Minho no demostraba lo que en realidad estaba gestándose en sus sesos; su rostro reflejaba nada aparte de la maraña de ideas del rapero claras como el cristal que trataba de entender.

Estaba frito, en palabras sencillas; era como si un gato con alas hubiese descendido del cielo, le hubiera lanzado un puño en la cara, y le dejará un escrito con "Te quiere Han, lol", y aún no se pudiese tragar la noticia.  

La confesión podría haberla tomado en broma como es costumbre entre ellos, pero vaciló de seguir con el juego porque la reacción de Han ya era demasiado extraña, muy nerviosa, muy... honesta para ser únicamente razón del habito. También, otra casualidad es que el mayor le gustaba las ardillas, en específico, una de ojos tristes con tendencias hacia la depresión y el narcicismo vacío, comediante profesional por las tardes, y nini con síndrome de octavo grado a tiempo completo; en estos últimos años esos sentimientos ominosos con su lindo rapero comenzaron a impregnarse demasiado en su aptitud como para ser detectado en camaras.

Además, de entre ellos dos quién menos esperó que le dijera un "te amo" era Han ya por su excesiva timidez y condescendencia a no querer molestar (aunque fuera incluso con él a pesar de quererlo acaparar todo el tiempo).

Sin embargo, esto era una vuelta de tuercas dentro de la máquina que representaba su amistad con el chico ardilla; una sorpresiva serendipia que le costaba formular coherente en su mente. Estaba en shock, más al momento recayó que no había mucho que decir si el menor se declaró primero. 

"¿Cierto? ¿En verdad Han le había dicho que lo amaba?"

Minho fue fuertemente golpeado por la realidad al ver cómo se encendía los cachetes de Jisung enrojecidos cómo manzanas, y logró modular su respuesta con esfuerzo.

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—Está bien, me gustas—expresó simple. Sencillo. Practico.

Una divina respuesta de lo más escueta y neutral marca Minho que Han ensalzó como si un coro de ángeles hubiese descendido del cielo a profesarle una vida llena de estrellato y modelaje de alta costura con Giorgio Armani.

El rapero reflexionó sobre lo que escuchó, y Minho capturo la vergüenza en el rostro de Han con toda apreciación, así como también el chico de limpieza, el de bastidores y la estilista que estaba arreglando su peinado, en minutos, incluso uno de los traductores que había regresado de su hora de comidas, y.... 

Lo importante es que final, todo Stay supo del chisme a la siguiente hora en tiempo coreano; y el Secret Secret is double secret lo rebajaron a una mentada mentira en 7 diferentes lenguas y 3 zonas horarias contiguas.

Aunque para la extrañeza del contento quokka; que se fijó de la presencia de los demás al rato, pocos fueron los sorprendidos de la resoluta confesión en medio de la concurrencia; asumió que quizás eran muy juiciosos en sus tareas y entendían que los cantantes necesitaban un momento a solas, o era más bien que se estaban apartando de la brillante animosidad que destilaba el bailarín principal.

¿Quién sabe?

Él no, obvio.

Lo que en verdad cuenta en la trama, el todavía no podía creer lo que acababa de suceder. Miró el rostro inexpresivo del bailarín con las orejas tan rojas que parecían insoladas, y después centró sus ojos en el café de sus temblorosas manos; volteó sus ojos de nuevo al rostro que comenzaba a exhalar hipos pequeños, y luego, al café.

Rostro bonito.

Café tinto.

Cuerpo de dioses.

Liquido marrón.

Cabellos rojos como el fuego.

Vasito de papel.

Labios endemoniadamente sexys.

Agüita con polvo.

El rapero, después de sopesar los indicios de sentirse correspondido, dictaminó la impresión de que, por sutiles acciones del universo mañoso en donde estaba ocurriendo su ruta amorosa, su destino era ser un artista del K pop con la finalidad de encontrarse con este otro ser parecido a él, y no al revés. 

Sin indagar más allá de su agitado pensamiento y en el hecho de que el bailarín en verdad estaba comenzando a responder a la sensible idea de tener un adorable novio; lo apreció como si recién se hubiesen acabado de presentar a quien figura como alma gemela, y estuviera tomando nota para distinguirlo como parte de un futuro más comprometidos y un poquito casados, no menos.

—Hmn... Bueno, si está guapo el café—afirmó confundido Han.

—¿Qué?

—Nada, nada, honey. Te amo, soy tonto. 

—También te amo, tonto. 

—¡Minho!

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