𝐅𝐈𝐍𝐄 𝐋𝐈𝐍𝐄 - ᴅʀᴀᴄᴏ ᴍᴀʟꜰᴏʏ

capitulo 38- Falling

Pudiera sonar todo cómo cosas sin sentido, pero para Anne era una respuesta a tantas preguntas y dudas acumuladas a lo largo de los años.

Su abuela, la que fingió amistad con varias familias de mortifagos, la que a Anne le pedía que no entablará amistad con Draco, la que la hizo invitar a pasar un verano a Potter a la mansión, la que no dejaba que entrara a la habitación de sus padres, la que borró de su memoria los recuerdos con Regulus Black- descrito esto en el diario- y mil horrores más.

Su abuela, la que la había criado, y quién le aseguraba a ella que con amor y con aprecio.

Anne estaba desorientada, no había parado de llorar desde que leyó las primeras cartas, Cissy le había asignado una habitación de dónde no había querido salir en el resto de la tarde/noche.

Draco no fue capaz de insistirle en hablar, el sabía que en momentos como esos era mejor dar espacio.

El solía tocar la pulsera obsequiada por Anne para hacerle saber que la extrañaba, ella solo la observaba sin responder.

En la mañana del día siguiente fue que ella decidió contarle a Cissy sobre todo lo que había descubierto, logrando que Cissy recordará acciones y conversaciones con su abuela, como el nunca haber escuchado de ella de sus viejos amigos, el notar que no sabía casi nada sobre la vida de ellos y por la manera en que siempre quería dar a entender que ella tenía un futuro planeado para Anne.

Anne quería confirmar todo con Regulus pero el no aparecía, Cissy le dijo que el no había ido a la mansión como lo había dicho en la carta, que probablemente estuviera con su hermano o que talvez decidió irse de nuevo.

Otro peso más para Anne.

Lo peor de todo era que faltaba menos de un día para su cumpleaños número 16, otro cumpleaños más arruinado.

Todo era demasiado difícil de procesar para una menor, no sabía cómo manifestar su sentir; si ella expresaba de más la llamarían exagerada, pero si no mostraba mucho sería una incomprendida.

¿Cómo una chica de 16 años iba aanejar esa situación?

No se sabía, solo ella poco a poco iría entendiendo el porqué de las cosas y esperaba los demás no la juzgaran.

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Un caluroso viernes 28 de junio el día se sentía en un ambiente apagado, Anne seguía sin salir de su habitación solo para comer, se había cansado de llorar; necesitaba a Regulus para entender más todo pero el seguía sin aparecer.

Draco decidió ir a tocar su puerta, en una mano sostenía su barita y en la otra un par de globos que en su interior tenían flores desprendiendo pétalos, Nott a su lado sosteniendo un pequeño pastel.

Ella sabía que día era, y sabía quien estaba del otro lado de la puerta.

Se colocó su bata, con desánimos abrió la puerta, y una pequeña sonrisa se asomó de sus labios.

—Feliz día — dijo sonriente Nott.

Anne les dió el paso hacia la recámara, los dos entraron y vieron que en un rincón habían una nube dejando caer copos y algunas mariposas negras volando en el lugar, significaba mucha tristeza.

—¿No piensas morderle?— preguntó Nott.

Anne los miró, vió sus rostros de ánimo y se acercó al pastel dándole una pequeña mordida para después los otros dos chicos hacer lo mismo.

—¿Quieres hacer algo hoy?— Malfoy la tomó de la mano— lo que quieras, estamos a tu disposición.

Dudó en responder, sabía que no podía pasar todas las vacaciones sumergiéndose en un mal que solo hará que pierda días buenos, así que para aliviar un poco su corazón pensó en que podía hacer.