𝐒𝐈𝐗𝐓𝐄𝐄𝐍𝐓𝐇!

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                      𝐃 𝐑 𝐔 𝐈 𝐆

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                      𝐃 𝐑 𝐔 𝐈 𝐆


NUNCA ME CONSIDERE una persona con muchos sentimientos. Tenía los básicos, claro, pero más allá de la molestia,  y la nostalgia no me había puesto a pensar, ¿que es lo que me mantenía atado?, por mucho tiempo supe que aquello que mantenía a Ikaris en la tierra, y algo cuerdo, era Sersi, la relación que habían comenzando a tener iba más allá de mi entendimiento.

Había hablado con Ajak, le había preguntado, ¿cual era mi otro propósito aquí en la tierra?, no debí preguntarle pues su respuesta sólo logró confundirme aún más. Hasta que, claro, pude entenderla.

Nesryn era un mar, tan hermoso y azul, que en cualquier momento podía azotarte con feroces olas o podía mantenerse tranquilo soplando suaves brisas saladas. No sé el momento en el que comencé a observarla todo el tiempo. La veía caminar de un lado a otro, subiéndose a los árboles para huir del calor y comer grandes bocados de las manzanas frescas. Su atuendo naranja resaltaba bastante, aunque no se mantenía en ataque,  no ingresaba a su mente para otorgarle privacidad, algo raro porque lo que más hacía era observar en la mente de todos, como un pasatiempo, uno bastante divertido.

Cuando hablamos por primera vez me había sentido bastante tranquilo, recuerdo que me había pedido ayuda para poder poner su mente en blanco según ella, Ajak le había dado aquel consejo y que si lo conseguía podría controlar mejor sus poderes.

— Adelante, puedes dar un vistazo. — dijo, con una sutil sonrisa en el rostro mientras masticaba una manzana.

— Como quieras. — entrar a su mente fue darme contra un enorme muro, abrir paso a un sinfín de imágenes sin orden que revoloteaban por todos los lugares, que se movían y hablaban entre ellos sin poder lograr entender a nadie. Salí de su mente lo más rápido que había podido, aturdido.

—¿Y? ¿Crees que pueda llegar a relajarme por completo?, no sé qué hacer con tantos recuerdos ahí dentro, ni siquiera estoy segura de que esa sea yo. ¿Tú qué crees?

—Es... impresionante.
—Por Arishem, ¿es tan malo? — su rostro se había convertido en una verdadera preocupación, la manzana en su mano ya había desaparecido, ¿incluso se comía el corazón?
—¿Ajak lo sabe? — pregunté. Ella negó con la cabeza y se sentó tranquilamente bajo la sombra de un manzano.

—Si se lo digo ella se lo dirá a Arishem, y el tal vez no me deje salir de la nave en mucho tiempo, aunque a veces puede ser difícil que logre concentrarme puedo sobrellevarlo. ¿Puedes mantenerlo entre nosotros?

Le iba a responder que no. Podía ser empatico, y un poco amable cuando las cosas iban a ir en mi favor, pero usualmente siempre pedía un pago si llegaba a hacer un favor, al contrario de la negativa que iba a darle, solo respondí con sencillez.

©𝐄 𝐓 𝐄 𝐑 𝐍 𝐀  𝐒 𝖙𝖆𝖗𝕶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora