Los alfas se sentaron, mirando atentos a los niños.

— Omega, puedes elegir un alfa para que te acompañe. —Liam animó al cachorro a su lado.

— ¿No puedes elegir por mí, tío Li? —Henry susurró, sosteniéndole la mano.

— No, cachorro. Tú debes elegir con quién te sientas más cómodo. Ve.

El pequeño asintió, soltando la mano del alfa. Con las manitas entrelazadas frente a su cuerpo, el mini policía recorrió sus ojos azules primero por los hombres.

Todos le daban mucho miedo.

Quería llorar por tanta intimidación, así que se volteó hacia los lobos. Pasó frente a frente por cada uno, aspirando los aromas discretamente.

Aún siendo un omega, su olfato era bueno.

Se acercó a un lobo marrón y, cuando intentó levantar su pequeña mano para tocar el pelaje, la bestia le gruñó.

El niño saltó asustado, tropezando con la pata del siguiente lobo. Chilló cuando se cayó frente al gran animal. Tembloroso, sacudió sus manos en sus piernas limpiándose el pantalón.

El lobo cuya pata fue pisada inclinó la cabeza, empujando la pequeña barriga con su hocico para ayudarlo a levantarse.

El cachorro ya en pie y con el corazón acelerado, observó con miedo al lobo que lo ayudó. Sonriendo, tocó su hocico en agradecimiento. El pelo era suave y le recordaba a su mamá, así que, por la sensación de protección, Henry lo abrazó. Podía oler a arbolado y seguridad, y eso le hizo ronronear contra el pecho del alfa.

— Mi lobo es del mismo color que el tuyo, pero es pequeñito igual que yo...—susurró mientras el animal olisqueaba los cabellos del cachorro. — ¿Quieres ser mi amigo? —preguntó inocentemente, olvidando que el alfa no podía verbalizar. El lobo negro lamió su mejilla rosa en respuesta, empujando su trasero de vuelta a Liam.

Payne sonrió por el coraje del omega, tomándolo en brazos para calmarlo.

— Harry te acompañará, omega. Va a transformarse, ¿de acuerdo? —Liam acunó al cachorro, dirigiéndose hacia la puerta.

— Uhum. —Henry asintió, abrazando a Payne mientras se despedía del lobo negro de ojos verdes.

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Sentados de nuevo en la oficina, los niños observaban cada esquina de la habitación, balanceando sus pies por la distancia de la silla del suelo.

Un toque en la puerta sonó y después de que Liam diera el pase, un alfa alto entró en la estancia.

— Permiso. —murmuró, sus ojos atentos barrieron la sala, encontrando a los pequeños sentados.

— Henry, este es Harry, el lobo que elegiste. —Liam presentó al joven, levantándose para ayudar al niño a bajar de la silla. — Él te acompañará junto con Calum, ¿de acuerdo?

El pequeño omega asintió eufórico, seguro del alfa en la sala. Se acercó a Harry, deslumbrado por sus ojos verdes.

La sonrisa del cachorro fue tan amplia que aparecieron los hoyuelos en sus mejillas. La izquierda más acentuada que la derecha, lo que atrajo la atención de Harry.

— Tu lobo es muy lindo, 'Arry. —el omega dijo tímidamente, oyendo un gruñido fino de Alex. Se rio con la mano sobre su boca, ignorando el silencio y la contemplación excesiva por parte del alfa.

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En el estacionamiento, Alex se dirigió con Calum a uno de los vehículos, dejando a Henry con Harry en otro.

Five Years After You || L.SWhere stories live. Discover now