Capítulo 14: Siento mucho tu pérdida

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—No te avergüences, Erin, en un futuro no muy lejano, que te vea en camisón y bata no será algo por lo que apenarse, ya habré visto otras cosas mucho más pudorosas.

Frunzo el ceño y me atrevo a mirarlo enfadado.

—Deje de fantasear y diga lo que vino a decir o lárguese.

—Me encanta ese carácter, ¿serás así de salvaje en la cama? —Mantiene su mirada fija y sucia en mí—. Bueno, en realidad ya lo sé, fuiste bastante tímida con Astro.

—Si ha venido a decirme cosas lascivas no me interesan, le recuerdo que soy una mujer casada, váyase.

—Esa carta no funcionará otra vez conmigo, Erin, vengo aquí con otra postura muy distinta a la de gerente general.

—¿Y cuál es esa?

Acaricia mi cabello y muevo mi cara para que no me toque.

—Tengo miedo de romper tu espíritu salvaje si te lo digo de forma directa, es que es un tema delicado. Quizás haya que esperar a Alekei para contártelo, aunque me tienta la reacción que tendrás.

—Entonces vuelve más tarde —expreso a secas.

—¿No te tienta la intriga?

—Sí, pero con personas como tú, estando tan cerca, prefiero no saber.

Parece que le molesta mi comentario, así que decide hablar:

—Astro está desaparecido, encontraron sus pertenencias cerca de su coche, incluso había sangre. Se dice que quizás fue un secuestro o peor, hasta es posible que haya sido asesinado —declara sin filtros y quedo en shock—. Debido a que ha comenzado una investigación, puedo volver a apelar sobre tenerte.

—¿Qué? —No reacciono.

—Que Astro ya no está, lo lamento. —Sonríe de forma burlona.

Pierdo fuerza en las piernas cuando tengo la necesidad de llorar, así que Valtec intenta ayudarme, pero yo lo empujo.

—¡No me toques! —Salgo corriendo.

Me dirijo a la puerta, luego voy hasta donde Astro tenía estacionado su vehículo. Veo que hay una perimetral, además de varios de la Guarda Proyectual en la escena. No era mentira, pasó tan cerca y ni me enteré. Debo estar en una pesadilla.

—Erin, vuelve a la casa —me reprende Valtec, el cual me ha seguido—. No puedes andar por ahí en paños menores.

—¡No soy Erin! —le grito y lágrimas mojan mi rostro—. ¡¿Dónde está Astro?! ¡¿Fuiste tú?! ¡¿Cierto?! —Intento golpearlo, pero me detiene, así que continúo llorando.

Trata de abrazarme, pero cuando veo a Alekei, reacciono y corro hasta él.

—¡Eres mi coordinador, protégeme! —expreso alterado—. ¡No puede apelar, dijiste que no podía! —Lo tomo de su ropa—. ¡¿Dónde está Astro?! —insisto y no lo suelto—. ¡¿Es un plan malvado para torturarme?! ¡Dímelo, Alekei!

—Señor Valtec, le dije que no le contara hasta que yo llegara. —Alekei me ignora como siempre, pero de igual forma me defiende—. Entremos a la casa. —Me guía cuando ya me quedé sin fuerzas para gritar.

Termino sentado en el sillón del living, perdido en mis pensamientos. Sin responder a todas mis acusaciones, mi coordinador me da un calmante y termina echando a Valtec del lugar.

—Eres muy dedicado a tu trabajo —opino mientras tomo de la taza con el líquido caliente, veo el vapor salir de esta.

Tarda en responder porque no suele charlar conmigo, normalmente habla con Astro, ignorándome por completo.

—No todos van a estar interesados en ti, querida Erin, ni siquiera sé cómo hiciste para que Valtec se obsesionara contigo. —Se cruza de brazos—. El gerente general ni te miraba y ahora lo tienes persiguiéndote, qué horror.

¿Por qué me critica en vez de consolarme?

—Acabo de perder a mi marido —le recuerdo.

—Sí, me acabas de complicar el trabajo.

—Deja de odiarme. —Lloriqueo—. Soy una persona.

Bufa y se sienta a mi lado.

—Escúchame, no tengo nada en contra tuya, solo hago mi trabajo, así que será mejor que cooperes y ya, necesito que te comportes.

—Y si Astro está muerto... —Pienso lo peor.

—Tendré que conseguirte otro esposo —responde, aunque yo no estaba pensando en esa posibilidad, solo quería saber de él.

—No quiero otro marido.

—Eso no lo decides tú, el año de prueba no terminó.

Giro mi vista a mirarlo y creo que le incomoda.

—Ayúdame, Alekei, si realmente no me odias, tenme un poco de empatía.

Bufa.

—Te conseguiré un investigador privado y diremos que Astro se fue de viaje.

—¿Qué? —Parpadeo seguido por la confusión.

—Si la Guarda Proyectual se encarga del caso, van a cerrarlo rápidamente. Más si Valtec está interesado en ti, él pondrá dinero y hará que abandonen la investigación. Te daré tiempo.

—¿De verdad? —expreso sorprendido.

—Si no hago eso, tendré más papeleo, y no estoy interesado en esa parte de mi trabajo.

—Gracias. —Cierro los ojos y mis lágrimas caen.

—Deja de lloriquear y tómate el maldito líquido —me reprende.

Abro los ojos y bajo la vista a mi taza.

—S... sí.

¿Quién diría que Alekei tiene corazón?

¿Quién diría que Alekei tiene corazón?

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