❖25.➽ 𝑻𝒓𝒆𝒔 𝒏𝒐 𝒔𝒐𝒏 𝒎𝒖𝒍𝒕𝒊𝒕𝒖𝒅.

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Ya dos años habían pasado, ahora Lucius y tú estaban a finales del séptimo grado y Severus a finales del tercero, en los últimos dos años, le habías enseñado a defenderse de los que lo molestaban, y ellos se habían ganado una mirada de muerte. Con el tiempo, Lucius empezó a simpatizar con Severus y también lo ayudó. Entre los tres, habían creado un pequeño grupo, en el cual Severus se sentía protegido.

Obviamente, Severus no estaba nada feliz con que tú te fueras de Hogwarts, ni que Lucius se fuera, de algún modo, sentía que volvería a ser el blanco de todos los que lo molestaban, a pesar de que él ya era muy capaz de defenderse y atacar si era necesario.
De todas formas, sus problemas familiares hizo que se enamorara de ti, y con el tiempo, los celos de que Lucius te tuviera, se desvanecieron. Se sentía alegre de que Luicis fuera feliz contigo y que tú fueras feliz con él, pero Severus quería que tú también  fueras feliz con él y él ser feliz contigo, de una manera romántica.

Eventualmente, salieron del colegio, dejando a Severus solo, algunos días, específicamente los primeros días en los que ser fueron y los días en los que no escribían, él caía en un pequeño círculo de depresión y melancolía, extrañando cada segundo que solían pasar juntos.

Por otro lado, no perdieron tiempo y decidieron mudarse, en una humilde mansión más grande que la mansión Black. No podían darse el lujo de escribir cada día de la semana como Severus quería, entre  el trabajo de ser mortífagos mantener la perfecta máscara de un prometedor futuro matrimonio, era más agotador de lo que sonaba.

Mientras tanto, Snape pasaba por la hermosa etapa de la pubertad, obvien el sarcasmo, por favor. Sus locos sueño no hacían más que empeorar sus emociones por ustedes. Era normal al principio, hasta que en el sueño empezó a colarse Lucius. Asustado, trató de convencerse que todos sus sentimientos se estaban mezclando en sus sueño y que lo que sentía por ti era amor y lo que sentía por Lucius era admiración, no más.

Pobre de él, no había nadie que le explicase lo que estaba pasando.

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Lo que se sintió una eterna eternidad -xd- no fue más que solo cuatro años de espera para poder salir de Hogwarts. La última vez que los vio, fue cuando recibió su Marca Tenebrosa, habías sido golpeada con el gran cambio que Severus había tenido.
A sus diecinueve años, vivía en la casa heredada por su madre, acostumbrado a vivir solo, ahora avergonzado de haber pensando que a penas terminara el colegio ustedes lo acogerían en su mansión. De todas formas, sus visitas eran constantes.

Esa noche, otra noche solo, se recostó en su cama. Pensó, reflexionó sobre todo lo que había pasado en su vida desde que entró a Hogwarts, y aunque por un tiempo la pasó como un infierno, no se equivocó cuándo pensó que al llegar a Hogwarts las cosas mejorarían.

Pensó en ti, pensó en resignarse a que su amor jamás sería correspondido, y estaría condenado, a amarte por dentro, pero no era un opción olvidarte.

"Sé que estás enamorado de mi novia, Snape." De un salto se sentó en la cama. Miró fijamente a Lucius, tratando de entender cómo había entrado, y sobretodo, en qué haría para negar lo obvio. "¿Sabes algo, Snape? Por un tiempo moría de celos... Pensar que un día la podrías apartar de mi lado. Pero luego pensé; T/n tiene mucho amor por ofrecer y ya no me molesta. ¿Qué crees que diría ella si se enterase que su pequeño aprendiz está enamorado de ella desde siempre?.

"No, no, no, por favor" rogaba Severus, temiendo de que lo odiaras después de que Lucius te lo diga. "T/n, querida mía, podrías decirnos que piensas al respecto." Habló Lucius al aire, la sangre de Severus se heló y su pálida piel se hizo más pálida, si tan solo fuese posible. Abriste lentamente la puerta, Severus pudo jurar que tembló al verte caminar por su habitación. Y pudo morir al momento que te acercaste peligrosamente a él.

"¿Es cierto eso, Severus? ¿Mi lindo Severusito está enamorado de mi?" Preguntaste como un dulce ronroneo cerca de él. Severus te adoraba, y lo demostraba en su mirada. Asintió totalmente hipnotizado a tu pregunta.

"Vamos, cariño, dale lo que quiere, si tú también lo quieres, claro." Dijo Lucius, asentiste en su dirección. Te sentaste al lado de Severus, y él te siguió con la mirada. Acariciaste su mandíbula, enviando un pequeño escalofrío a través de él. Te acercaste, al punto donde sus narices chocan entre ellas y sus labios están a milímetros de tocarse.
Severus se preparaba mentalmente, todo lo que había deseado estaba ocurriendo en ese momento, no podía arruinarlo ni echarse para atrás, era ahora o nunca. Lo tentabas con suaves suspiros y la cercanía lo estaba llevando a borde de la locura.

Él terminó por besarte, aunque era inexperto, era un placer para ti guiarlo. Con una mano en su hombro y la otra en su mejilla, sentías sus temblores y por poco morías de ternura.
No ibas a mentir y decir que no lo amabas, quizás él esperó más que tú, pero hoy la edad ya no era un impedimento.

Lucius no ocultó la sonrisa en su rostro, decidido a unirse, se quitó su chaqueta y caminó en su dirección.

Lo que pasó esa noche fue una historia que quedó marcada en los tres y una historia que se las dejo a su imaginación...

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A partir de esa noche, y luego de una larga platica, Severus se mudó. Y ahora recibía más amor del que una vez pensó que tendría. Lucius ahora tenía a dos niños pequeños que consentir, pero no le molestaba, siempre compraba las mejores cosas para ti y Severus. Su mejor recompensa era al volver a casa y ser mimado de cariño por parte de los dos.
Y aunque Lucius se dejaba dar cariño, tenía una ligera afinación por Severus, cada parte de tu ser quería amarlo tanto como pudieses, querías ser gentil y en pocas palabras, querías ser pegajosa con él. Mientras que con Lucius las cosas eran más rudas y bruscas.

De todas formas, disfrutabas de tenerlos a los dos, tenías la dosis indicada de lo gentil y lo salvaje, pero a veces se cambiaban los papeles y lo disfrutabas con igual intensidad.

A pesar de sus deseos enormes de casarse, no era bien visto un matrimonio de tres, pero Severus se encargó de comprar tres anillos a juegos, difíciles de encontrar, y finalmente, tuvieron una pequeña boda en su mansión.
Adaptarse a ese nuevo estilo de vida fue difícil pero no imposible. Y, claro, habían días en los que uno, sea quien sea, se sentía reemplazado/a y/o menos amado/a. Incluso había veces en los que los tres se sentían mal al mismo tiempo y terminaban en la cama, ya sea haciendo cosas pecaminosas -😈🤙- o terminan escondidos en las mantas mientras se abrazan mutuamente.

A los veintiocho quedaste embarazada, Severus lloraba con su rostro tapado mientras que Lucius hiperventilaba. Te causaba gracia pensar en quién sería más el padre del niño o niña, pero también dudabas de tus habilidades de madre.
Todas tus preocupaciones fueron reemplazadas por la risa, alver en cada mellizo, una parte de sus padres.

El primero tenia poco cabello, pero era rubio y sus ojos eran negros azabaches. El otro tenia más cabello de color  negro con una raya rubia, y ojos grises con manchas cafés. Era la mezcla perfecta de los tres.
Y aunque Lucius esté en desacuerdo, tú y Severus harían todo para alejar a los niños de los mortífagos.

𝔇𝔢𝔰𝔦𝔯𝔢 𝔗𝔬 𝔩𝔬𝔳𝔢 ༻𝔒𝔫𝔢 𝔖𝔥𝔬𝔱𝔰 𝔇𝔢 𝔖𝔢𝔳𝔢𝔯𝔲𝔰 𝔖𝔫𝔞𝔭𝔢༺Where stories live. Discover now