—De maravilla, hasta mejor que nosotras...

—No contradigo verdades —procedo a cortar la fruta que abandono Ali por juguetear con Matteo —por cierto, Marie, el portero me comento que en estas semanas ha visto hombre circulando cerca de nuestro departamento —me vuelvo con Alicia, con mi rostro entre preocupado e interrogante.

—¿Te dijo más detalles de supuesto extraño? —niega.

—Tengamos cuidado, sobre todo por Matteo —me queda cuestionándome quien puede ser, bueno en si tengo una leve sospecha, la cual desecho. Decido no alarmarme de momento, con calma indagare del asunto.

Termino de cortar la fruta, Alicia deja a Matteo en su silla para terminar de preparar el restante desayuno, de mi parte le hago su biberón a mi bebé. Termino la rutina primera rutina de mi inicio de la mañana sin contratiempo.

—Marie, se me hace tarde me debo ir. ¿Regresas temprano?

—No lo creo —digo mientras arrullo a mi cielo —mi jefe por fin vendrá hoy, lo probable requiera de mis servicios durante todo el día o hasta que me avise, por su recién llegada —hoy supongo vere en persona a mi jefe Enzo Vitale, uno empresario joven de decendencia italiana, con un excelente promedio en los negocioso siendo joven, creo que va de los 25 a 27 de edad. Hasta el instante solo hemos conversado por teléfono, por hoy solo limpiaba y ordenaba su departamento.

—¿Cómo le harás con Matteo? —suspiro.

—Cuando lo busque en la guardería me lo llevare, espero no se enoje mi jefe y me despida por atrevida...sin embargo opciones no cargos, la alternativa seria que lo cuidaras tú, pero hoy estarás ocupada —fue una irresponsabilidad descuidarme con aquello, medio me justifico alegando que soy en demasiada desconfiada desde que nació Matteo. Al elegir la guardería, un suplicio por mi desconfianza, en los primeros días me proporcionado ansiedad no saber del estado de mi cielo, con el paso de las semanas me calme un tanto, debido a que Alicia para que esfumara mi angustia nos adentrándonos cuan ninja en las instalaciones, con ello obtuve la tranquila necesaria así me concentraba en mi trabajo.

Sin mi pequeño cielo me convertiría en una completa desquitada, Matteo es mi mente, corazón y alma.

Dejo un beso profundo en su frente.

—Con placer me quedaría con mi cosita linda... —rosa sus mejillas, provocado en Matteo una leve sonrisa preciosa —ni modo, ya entre ambas nos encargamos de buscar una niñera adecuada, descuida ella pasara por mi sala de interrogatorios tipo NCIS, además de múltiples referencias diferentes—suelto una risa.

—Perfecto, vamos o se nos hará tarde ... —fuera del departamento procedemos pedimos un taxi, dejamos a Matteo en su guardería, posteriormente de llenarlo de muchos besos por fin cada una se destinó a su empleo correspondiente.

Descendiendo del taxi una vez pagada mi ruta, me adentro con mi copia de la llave al pent-house, como de costumbre no puede evitar extasiar mis orbes azules con la belleza del lugar, con estilo industriar, decorado al estilo minimalista, los matices que añaden morbidez son blanco, gris y negro.

Todo grita pulcritud y ostentosidad. Unos de anhelos frustrados por decirlo de algún modo es tener una casa de este estilo, no me desanimo con ese sueño porque no me he muerto aun, por ellos cumpliré muchos de mis anhelos los cuales veía resguardados en un baúl en las penumbras al descubrir mi embarazo, no obstante, al instante en que mi cielo ilumino mi vida mi voluntad de cumplir mis metas regreso cuan resplandor sobre mi baúl casi olvidado, por él y por mi consumiré propósitos.

Pongo a un lado mis pensamientos sobre mis objetivos, procedo a poner en marcha mi trabajo.

***

Son alrededor de las 10:12 A.M, por lo que decido ir a realizar unas compras para el almuerzo de recibimiento que le ofreceré al jefe, ni idea del porque el interés dar buena impresión a mi desconocido jefe. Con una bolsa reciclable emprendo el camino a el supermercado.

Enzo Vitale |Vitale 1|Where stories live. Discover now