Definir; cariño | JosuYasu

Definir; cariño

La última vez que lo experimentó ni lo recuerda, pero seguramente fue cuando tenía una familia feliz, cuando no había problemas, cuando estaba mamá.

Ella era cariñosa, como cualquier buena madre. Lamentablemente duró poco en su vida.

Las formas de expresar cariño por parte de su padre eran simples, en algún día que no estuviera de malas no los golpearía o un día en donde les haya ido bien en la escuela, siendo esto considerado un logro. Su hermano heredó esa forma de expresarse, pero Okuyasu no lo culpa, cuando eran pequeños muchas veces lo salvó de los golpes de su padre, así que tenía todo el derecho de actuar de igual forma, ya que él era un peso que venía arrastrando y rescatando durante toda su vida. Incluso el día de su muerte se lo dejó bien claro, pero algo le decía que muy a lo profundo, su hermano si lo quería sino no hubiese dejado que eligiera quedarse en Morioh.

Ahora su vida seguía siendo igual, algo desorientada sin los mandatos de Keicho, pero dentro de la norma.

Sus amigos fueron el primer contacto de verdadero cariño que experimentó después de mucho tiempo. Aunque no era tan evidente como los de su madre, tampoco pasaban tan desapercibidos como los de su hermano.

Sabía que sus amigos lo querían, lo sabía porque lo ayudaban con las tareas o al momento de estudiar, lo sabía porque genuinamente querían pasar tiempo con él, lo sabía porque le reprochan cada vez que algún comentario hiriente hacia su persona se escapaba de sus labios.

Pero por sobre todo Josuke. Él se lo hacía notar con una palmada en la espalda, con un abrazo por sobre el hombro, con un sincero y llano "te quiero".

A pesar de eso, él anhelaba más que nada el cariño que se daban las parejas a lo lejos. Deseaba que alguna chica lo siguiera con el sueño de que él le correspondiera. Para su lamento eso nunca sucedió. Aunque dejo de quererlo cuando vio a sus tortolos amigos, Koichi y Yukako, demostrar su amor frente a él.

Algunos pensaron que se asqueó del romanticismo, pero ver genuinas muestras de cariño explícitas le hicieron creer que él nunca sería capaz de lograr que el amor fuese recíproco.

No podía dar palmadas, como tampoco sabía abrazar, mucho menos decir algo lindo. Simplemente eran cosas que no le salían con naturalidad, por lo que nunca las hacía ya que no le gustaba ni tampoco le salía fingir.

Su otra fuente de cariño más cercana era su pequeña mascota, Stray Cat. Aunque en un inicio era arisco y no lo dejaba acercarse, tirando sus peligrosas bolas de aire comprimido que por suerte podía eliminar con Za Hando. Finalmente, terminó cediendo poco a poco al ver qué las únicas intensiones del joven eran de cuidarlo.

Siempre aprecia lo mucho que el gato planta lo quiere, ya que lo busca con simples y no letales bolas de aire para pedirle caricias. Está seguro que la planta lo ama tanto como él. No necesita pensar en cómo debe reaccionar ante el cariño de Stray Cat, simplemente surge, por eso aprecia sus interacciones.

No le gusta pensar y mucho menos con cosas que pareciera debe conocer.

Después de todo, agradecía también el hecho de que nadie se quejara por su actitud involuntariamente fría. En especial Josuke, quién era el que más daba sin esperar a recibir nada a cambio.

Pero un día se arrepintió de su actitud.

Su mejor amigo estaba recostado en una cama de hospital. Lo habían logrado, cumplieron la promesa de encontrar al asesino, ahora Reimi, Shigechi y la señorita Aya podían descansar en paz, pero algo no lo hacía feliz.

Pasó un par de horas internado en el hospital, en la misma habitación que Josuke, los médicos no lo hubieran hecho de no ser que el joven Higashikata insistía en que lo tenían que revisar. A él le darían el alta pronto, en cambio a su amigo le quedaban duras semanas de recuperación por delante.