—Me llaman la Cucaracha —dice, su voz es melodiosa, completamente en desacuerdo con su cara. Se inclina y entonces inclina el lado de la cabeza hacia SiCheng— A su servicio. Supongo que ambos lo estamos. Tú eres el nuevo chico, ¿cierto?

Asiento.

—¿Debo decirte mi nombre o debe ocurrírseme algo astuto?

La Cucaracha sonríe, lo que tuerce su cara completa aún más odiosamente.

—Debo llevarte a conocer a la compañía. Y no te preocupes por cómo vamos a llamarte. Nosotros mismos lo decidimos. ¿Crees que alguien en su sano juicio querría ser llamado la Cucaracha?

—Grandioso —digo y suspiro. Él me lanza una larga mirada.

—Sí, puedo ver cómo eso es un talento real. No tener que decir lo que piensas en realidad.

Está vestido en una imitación de un jubón de la corte, excepto que su jubón está hecho de retazos de cuero. Me pregunto qué diría Madok si supiera dónde estoy y con quién. No creo que estaría complacido.

No creo que estaría complacido por nada de lo que hice hoy. Los soldados tienen una especie peculiar de honor, incluso aquellos que sumergen sus capuchas en la sangre de sus enemigos. Escabullirse en las casas y robar papeles no está en absoluto en línea con eso. Aunque Madok tiene espías propios, no creo que le gustaría que yo sea uno.

—Así que, está chantajeando a la reina Orlagh —dice SiCheng y la Cucaracha y yo lo miramos.

El príncipe SiCheng está frunciendo el ceño sobre la carta, y repentinamente entiendo; él reconoce mi copia de la escritura. La madre de Somi, la Reina Orlagh, debe ser la mujer que obtuvo veneno para Taeil.

Ella escribió que estaba pagando una deuda, aunque conociendo a Somi, supondré que un poco de maldad no haría que su madre vacilara mucho. Pero la Reina del reino Bajo el Mar es vasta y poderosa. Es difícil imaginar qué podría tener Taeil para usar en su contra.

SiCheng le tiende mi carta a la Cucaracha.

—Así que, ¿aún crees que él lo utilizará antes de la coronación? 

La nariz del duende tiembla.

—Eso es lo astuto. Una vez que la corona esté en tu cabeza, nada va a quitarla de allí.

Hasta ese momento, no había estado seguro de para quién era el veneno. Abro la boca y entonces me muerdo el costado de la mejilla para evitarme decir algo tonto. Por supuesto que debe ser para el príncipe SiCheng.

¿Para quién más necesitaría Taeil un veneno especial para matar? Si fuera a liquidar a una persona regular, probablemente utilizaría alguna clase de veneno barato, para personas regulares.

SiCheng parece notar mi sorpresa.

—Nosotros nunca nos hemos llevado bien, mi hermano y yo. Siempre ha sido demasiado ambicioso para eso. Y aun así había esperado... —Agita la mano, desdeñando lo que sea que estaba a punto de decir— El veneno puede ser el arma de un cobarde, pero es una efectiva.

—¿Qué hay sobre la Princesa Suzy? —pregunto, y entonces deseo poder retirar la pregunta. Veneno para ella también, probablemente. La Reina Orlagh debe tener una carretada de él.

Esta vez, SiCheng no me responde.

—Tal vez Taeil planea casarse con ella —dice la Cucaracha, sorprendiéndonos a ambos. Ante nuestras expresiones, se encoge de hombros— ¿Qué? Si hace las cosas demasiado obvias, será el siguiente en recibir un cuchillo en la espalda. Y no sería el primer miembro de la Aristocracia en casarse con una hermana.

🦋 JaeYongWhere stories live. Discover now